Comparecencia del Gobernador Yunes ante la LXV Legislatura
Xalapa, Ver., 29 de noviembre de 2018
Muy buenos días.
Ciudadano Diputado José Manuel Pozos Castro, Presidente de la Mesa Directiva del Honorable Congreso del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave. Distinguidas diputadas, distinguidos diputados; señoras y señores.
Uno de los logros del Gobierno del cambio es haber establecido como obligación constitucional del Gobernador el comparecer a rendir cuentas ante el Congreso del Estado. Fui el promotor de esa reforma y hoy soy el primero en la historia en comparecer en cumplimiento a esa norma constitucional. Así será de hoy en adelante.
Hace dos años, eso era imposible. El Congreso vivía de rodillas frente al Gobernador en turno, no había límites al poderoso; era absoluto. No se rendía cuentas de nada ante nadie. No existía el sistema de pesos y contrapesos que es la base de nuestro orden republicano de Gobierno.
El uso abusivo del poder desde el Ejecutivo había lastimado profundamente el modelo de autonomía y división de poderes. La corrupción era el instrumento de control. Aquí, en este Congreso, se corrompía todo, se comerciaba con todo, se compraban conciencias y votos.
El Congreso no sólo fue omiso, fue cómplice de la corrupción y el desenfreno. La enorme deuda que agobia a Veracruz fue aprobada por los diputados de entonces. Las cuentas públicas de los años del saqueo fueron también aprobadas y aplaudidas por los legisladores de esa época. Unos cuantos, cuyos nombres registra la historia en el diario de los debates, se atrevieron a estar en desacuerdo y fueron, por ello, perseguidos.
Fue en 2016, gracias a la transición que logramos, que el Congreso cambió. Empezó entonces a ejercer a plenitud sus facultades y a defender los intereses de Veracruz. Aquí están presentes diputadas y diputados que vivieron ese momento histórico de la transición, y que pueden dar testimonio de lo sucedido. La recuperación de las facultades del Congreso y la plenitud del ejercicio de su función de contrapeso del Ejecutivo, han contribuido de manera notable a que el Veracruz de hoy sea distinto y mejor.
Este cambio llegó para quedarse, el pueblo de Veracruz nunca marchará en reversa. Sé que las diputadas y diputados dignos que integran esta Legislatura no lo harán y, por tanto, no se pondrán nunca de rodillas frente al poder.
Honorable Congreso del Estado:
Este es más que un informe de dos años de Gobierno. Es la historia de la lucha de cientos de miles de veracruzanos por lograr un cambio de régimen. Muchos años y muchas batallas contra un sistema corrupto que llevó a Veracruz al desastre ético, moral, financiero, de seguridad.
Enfrentamos al sistema y pagamos las consecuencias, pero logramos sacar a una banda que se había apoderado de Palacio de Gobierno y encabezar un Gobierno distinto, cercano a la gente, sensible a sus demandas, transparente y honesto. No olvidemos cómo se encontraba Veracruz cuando ese Gobierno tomó el mando. Enfrentados, Gobierno y sociedad; no había Estado de Derecho ni vida democrática. El Gobierno intervenía en las elecciones y abiertamente apoyaba y financiaba a su partido.
Eran reprimidos los reclamos por demandas tan justas como el pago de sueldos, pensiones y jubilaciones. La Universidad Veracruzana exigía en las calles el pago de lo que el Gobierno le había quitado. Decenas de alcaldes permanecieron semanas en Palacio de Gobierno, demandando que se les entregaran los recursos que les habían robado a los municipios. Carreteras y calles eran bloqueadas todos los días para exigir que el Gobierno atendiera múltiples demandas insatisfechas.
En 2016, la corrupción había llegado a su clímax y nos había llevado a la quiebra financiera. La Auditoria Superior de la Federación había denunciado ya la desviación de miles de millones de pesos de recursos federales destinados a los más pobres. La inseguridad, la impunidad y la complicidad de los mandos policíacos, lastimaban profundamente a los veracruzanos.
Jóvenes fueron desaparecidos por la propia Policía y entregados a la delincuencia organizada. El Gobernador Constitucional era prófugo de la justicia. Veracruz ocupaba las principales notas de los medios nacionales por la brutal corrupción, la impunidad y la violencia que nos azotaba. Ese era el Veracruz de diciembre de 2016.
Esa grave crisis tuvimos que enfrentar. Desde el momento mismo de rendir protesta enviamos el mensaje desde esta Tribuna: «Ni perdón ni olvido. Justicia para los veracruzanos«. Y ese mismo día anunciamos las primeras acciones, las que ya habíamos llevado a cabo antes de tomar posesión: mil 200 millones de pesos en efectivo y bienes recuperados que puse a disposición del pueblo de Veracruz.
Lo logramos, porque después de ganar la elección de 2016 me dediqué a rescatar lo que habían robado al pueblo veracruzano. No hubo tiempo para la celebración, por el contrario, dediqué mis días a trabajar, a planear el desarrollo de Veracruz y a perseguir corruptos, a quienes obligué a devolver lo robado. Me siento muy orgulloso de haberlo hecho.
Así, iniciamos un Gobierno de apenas 730 días. Un periodo corto para resolver todos los problemas, pero suficiente para acreditar que se puede gobernar de otra manera y que con voluntad y mucho trabajo, se puede avanzar. En este lapso de dos años, los gobernantes respetamos e hicimos respetar la Ley. Restablecimos el orden jurídico, la vigencia plena del Estado de Derecho.
Hoy se vive un régimen de libertades plenas, individuales y sociales; se respeta el derecho al libre tránsito, ya no se bloquean calles y carreteras. Se ejerce el derecho de manifestación sin afectar derechos de terceros, como lo señala la Constitución. La libertad de escribir y difundir lo que se escribe se vive a plenitud.
No perseguimos, tampoco compramos conciencias. Se respeta la libertad de creencias, la de culto, también la de no creer. Este ha sido un Gobierno laico. Logramos que Veracruz disfrute de estabilidad política y paz social, no enfrentamos conflictos sociales graves, no tuvimos una sola huelga. Establecimos un sistema electoral y de Gobierno basado en la democracia. Así quedó acreditado en las elecciones de 2017 y 2018, en las que el voto libre de los veracruzanos decidió su destino.
El Gobierno no intervino en las elecciones, ni desvió recursos para apoyar a ningún candidato, ni a ningún partido. La vida plural y la sociedad estable que construimos todos, son hoy dos de nuestras mayores fortalezas; debemos preservarlas. Democracia y división de Poderes son conceptos que se acompañan. Hoy disfrutamos de la democracia y también del equilibrio entre Poderes.
Los Poderes Legislativo y Judicial gozan de plena autonomía. El cambio en la relación Ejecutivo-Legislativo es totalmente visible. Esta comparecencia es una muestra de ello. Pero también lo es la negativa del Congreso a aprobar algunas iniciativas del Gobernador; y en la dirección contraria, el veto del Ejecutivo a leyes aprobadas por este Congreso, como las reformas a la Ley del Instituto de Pensiones del Estado. Antes, eso era impensable.
La autonomía municipal también se hizo realidad. La relación con los ayuntamientos pasó del enfrentamiento a la coordinación respetuosa. Sus recursos son sagrados, se les han entregado con total puntualidad. La relación Universidad-Gobierno es cordial y productiva. Sus recursos fluyen con puntualidad y hoy podemos decir, con orgullo, que es de las mejores universidades de México; y que, a diferencia de muchas otras, no se encuentra en bancarrota.
Nunca olvidaré que fue en la Universidad Veracruzana donde se elaboró el Plan Veracruzano de Desarrollo, mismo que normo nuestras acciones en estos dos años. También cambiamos el modelo de Gobierno: de un gobierno corrupto y, por tanto, opaco, a un Gobierno honesto y, por tanto, transparente.
También cambió el modelo del trato con los veracruzanos. El nuestro ha sido un Gobierno cercano, sensible a las demandas sociales; por ello, las puertas de Palacio de Gobierno permanecen siempre abiertas y los servidores públicos siempre dispuestos a escuchar y atender.
Apenas iniciado el Gobierno, declaramos que Veracruz se encontraba en emergencia financiera y nos dimos a la tarea de enfrentarlo inmediato, que era cubrir pagos y prestaciones de diciembre y enero; y en paralelo, buscar una solución de fondo a la crisis financiera. Con muchas dificultades, pero logramos cumplir los compromisos con nuestros trabajadores, con maestros, con la Universidad, con pensionados y jubilados, con los ayuntamientos, y desde entonces lo hemos seguido haciendo con total puntualidad.
Iniciamos el Gobierno con un déficit de más de 20 mil millones de pesos, y una deuda bancaria y bursátil cercana a los 50 mil millones de pesos. Era urgente tomar decisiones para resolver la quiebra. Por ello, tomamos determinaciones muy severas en materia de gasto público. Basta mencionar dos, que nos permitieron ahorrar de inmediato miles de millones de pesos.
La primera, no dar recursos fuera de la ley a partidos políticos y limitar al mínimo los gastos de Comunicación Social. Ajustamos también, con severidad, el gasto del Gobierno; eliminando todo aquello que no fuera útil para el desarrollo de Veracruz. Pero había que ir más a fondo. Llevamos a cabo entonces la reestructuración y refinanciamiento de la deuda pública, para bajar las tasas de interés y tener plazos más cómodos para pagar.
Cada año se ahorran por esa vía, casi 2 mil millones de pesos. Me siento muy orgulloso, muy orgulloso, de informar al pueblo de Veracruz que no aumenté su deuda; por el contrario, logramos su reducción. Soy el primer Gobernador, en los últimos 18 años, que no endeudó más a Veracruz; el último había sido el licenciado Patricio Chirinos Calero, ejemplo de austeridad y de honestidad.
A partir de una mejor situación financiera y de un manejo eficiente y honesto de los recursos, iniciamos un programa de apoyo a los sectores más desprotegidos, y de obras y acciones sin precedente en las últimas décadas. Desarrollamos un programa social en beneficio de más de 750 mil familias, que mes a mes recibieron apoyo alimentario, de salud, vivienda y otros más. Veracruz Comienza Contigo fue un concepto de inclusión y compromiso social.
Pero también llevamos a cabo obras y acciones en salud, escuelas, carreteras, servicios urbanos, lo que contribuyó a mejorar la calidad de vida de los más pobres y a impulsar el desarrollo. Si me preguntan qué obra me llevaré en el corazón, no me costará trabajo responder que el Hospital Infantil de Veracruz, el mejor de México.
De ser el símbolo de dos sexenios de corrupción, hoy es una institución que presta servicios de salud a miles de niños veracruzanos de sectores de muy bajos ingresos. Es moderno, eficiente, digno, agradable a la vista, tiene las mejores enfermeras y los mejores médicos, y también la más avanzada tecnología. Llevamos servicios de salud a las zonas más alejadas del estado y pusimos especial atención en los veracruzanos con menores ingresos.
Hoy, los habitantes de la Sierra de Zongolica cuentan con un Centro de Salud con Servicios Ampliados en Soledad Atzompa, totalmente nuevo, con el mejor equipo y personal, medicinas y material de curación suficiente; y con un hospital ampliado y renovado en Tlaquilpa. Las comunidades indígenas del sur, en la Sierra de Soteapan, cuentan también con una clínica que les brinda el servicio de salud que merecen. Terminamos la construcción del que será el mejor hospital materno infantil del sureste de México, ubicado en Coatzacoalcos; corresponderá a la próxima administración ponerlo en servicio.
En Xalapa, modernizamos el Centro Estatal de Cancerología, el Centro Estatal de Alta Especialidad «Dr. Rafael Lucio» y el Hospital «Nachón«, uno de los más antiguos del país. El Hospital de Poza Rica estaba en el abandono, las urgencias se atendían en el suelo, no había espacio para el cuidado intensivo para niños. Hoy ha quedado totalmente renovado.
También, remodelamos totalmente el Hospital de Alta Especialidad de la ciudad de Veracruz, el más grande del estado. Llevamos a cabo programas de estos que cambian la vida de las personas, como el de «Ver por Ti«; que permitió a casi 15 mil veracruzanos volver a ver, después de ser sometidos a una intervención oftalmológica con la más alta tecnología.
«Médico a tu Puerta», «Mujer Veracru-Sana», Ferias de la Salud, Sistema Integral de Respuesta con 100 ambulancias, son algunos de los programas que desarrollamos. El abasto completo de medicamentos es un tema que tiene que ver directamente con la salud y también con la economía familiar.
Al llegar al Gobierno, los niveles de abasto eran de 30 por ciento. Hoy son de alrededor del 80 por ciento, certificados por el Instituto de Salud Pública. Dejaremos medicinas y material de curación en los almacenes, por un valor de más de 700 millones de pesos, suficientes para satisfacer la demanda de diciembre y enero.
El sistema educativo de Veracruz es, sin duda, uno de nuestros más grandes activos. En la base del mismo se encuentran más de 23 mil escuelas dispersas en todo nuestro territorio, y en la cúspide, una gran universidad: la Universidad Veracruzana, una de las mejores de México.
Hoy, miles de jóvenes se preparan en espera de una oportunidad laboral que tendremos que garantizar. Me siento muy orgulloso de sus triunfos internacionales, por ejemplo, en materia de robótica y otras ramas de la ciencia, donde parecería que no podríamos ser competitivos.
En los dos sexenios anteriores, los recursos para mejorar nuestras escuelas fueron desviados; en contraste, en nuestro Gobierno se construía en promedio una aula cada día y se modernizaron casi mil 800 escuelas; también entregamos mobiliario y equipo para incorporar a los jóvenes a la era tecnológica.
La relación del Gobierno con el magisterio fue de respeto, cordialidad y, sobre todo, de colaboración; pedían sus pagos puntuales y puntualmente les hemos pagado los dos años. Es un derecho que les había sido negado y cada quincena vivían en la incertidumbre.
Durante nuestro Gobierno, la Universidad Veracruzana alcanzó su plena autonomía. Promulgamos reformas constitucionales para impulsarla: La primera, reconoce autonomía financiera a la Universidad y señala un porcentaje fijo del presupuesto para financiar sus actividades; de tal manera que sus ingresos no queden al criterio del Gobernador en turno o de los legisladores. La segunda Reforma Constitucional, permitió que la Universidad presente directamente a este Congreso las iniciativas que tienen que ver con su vida interna.
Cada mes pagamos con puntualidad a la Universidad lo que le corresponde y vamos amortizando la deuda histórica del Gobierno del Estado con nuestra Máxima Casa de Estudios. Par mí será un gran gusto estar nuevamente mañana, el último día de mi Gobierno, inaugurando obras en la Universidad Veracruzana en compañía de la Rectora, que aquí saludo, y de maestros y alumnos; un gran honor volver a mi Universidad.
Tenemos un enorme rezago en infraestructura carretera y urbana; esto constituye una limitante para el desarrollo económico. En el pasado se iniciaron obras carreteras y puentes que quedaron inconclusos. En dos años empezamos a cambiar esa historia.
Nos enfocamos en reconstruir lo ya existente y en concluir obras abandonadas; pero invertimos también en obras nuevas, como dos grandes puentes: Uno sobre el río Tuxpan, para comunicar a los municipios de Álamo, Ixhuatlán de Madero, Benito Juárez y varios más en esa región con la ciudad de Tuxpan.
El otro puente en la ciudad de Veracruz, el más largo y ancho de todo el estado, que sirve para acortar los tiempos de recorrido entre la zona industrial y habitacional de Tamsa-Tejería hacia la Cabeza Olmeca, una de las principales entradas del puerto de Veracruz.
En el norte, en Pueblo Viejo, reconstruimos el puente de Congregación Anáhuac, que cuando llegamos estaba a punto de derrumbarse. Concluimos obras como el Libramiento de Cardel, abandonada por más de una década; hoy plenamente funcional, permite acortar el recorrido entre Xalapa y Veracruz en 15 minutos.
Reconstruimos carreteras de gran importancia, como la de Banderilla a Misantla, que beneficia, cuando menos, a 15 municipios. Igualmente la de Xalapa a Coatepec y de Coatepec a Las Trancas, toda de concreto hidráulico. En el centro del estado, destaco la reconstrucción de la carretera que corre de Coatepec a Barranca de Los Pescados, Tlaltetela y Totutla, para continuar después a Zentla, a Camarón, Soledad de Doblado, Manlio Fabio Altamirano y Oluta.
La carretera Alto Lucero-Plan de las Hayas-Palma Sola se encontraba también destrozada, fue reconstruida usando concreto hidráulico.
Me dio gusto manejar sus 64 kilómetros y escuchar de voz de los habitantes de esa zona su alegría por contar con una carretera digna, acorde a sus sueños, que los acerca desde la montaña a Xalapa y a la zona costera. Chicontepec-San Sebastián-Ixcatepec y por toda la Sierra de Otontepec hasta llegar a Naranjos, es otro importante circuito carretero que reconstruimos.
En el norte, reconstruimos también la Tuxpan-Tamiahua y la Tuxpan-Cazones por la vía conocida como Los Kilómetros. En la Sierra de Papantla reconstruimos y modernizamos decenas de kilómetros que benefician a nuestros hermanos totonacas; lo mismo en la Sierra de Zongolica.
Atendimos la añeja demanda de reconstruir la autopista Minatitlán-Coatzacoalcos, casi concluida ya en sus dos cuerpos. Igualmente, concluimos y pusimos en funcionamiento el Túnel Coatzacoalcos-Allende, que se inició tres sexenios atrás. En Los Tuxtlas modernizamos carreteras de gran importancia para el turismo, como la que va de San Andrés al Salto de Eyipantla, y la que va de Catemaco a Montepío.
Apoyamos al Gobierno Federal en la construcción de una autopista de la mayor relevancia para el estado de Veracruz: la autopista Costera del Golfo. Estoy muy orgulloso de lo que logramos en modernización de carreteras, pero me queda claro que falta mucho por hacer; este es uno de los retos de los próximos gobiernos.
Estos dos años se hicieron fuertes inversiones en obras de infraestructura portuaria y aeroportuaria, con recursos mayoritariamente privados. Así, por ejemplo, se concluyó el nuevo Puerto de Veracruz, con una inversión público-privada de 31 mil millones de pesos. Este Puerto podrá generar 40 mil empleos directos y 100 mil indirectos, y triplicará la capacidad de carga del Puerto actual.
El Puerto de Tuxpan está llamado ser un polo de crecimiento y desarrollo para la zona norte. A partir de las nuevas normas en materia energética se han hecho ya inversiones multimillonarias y se tienen programadas muchas más.
El Aeropuerto de la ciudad de Veracruz fue renovado integralmente en estos dos años. Hoy, es una terminal que permite la operación de vuelos nacionales e internacionales, y construida alcanzará su crecimiento para los próximos 20 años.
Cito estas obras porque aunque no todas se hicieron con recursos públicos, sí son consecuencia del buen ambiente para la inversión privada que logramos generar; y también, por la extraordinaria coordinación con el Gobierno Federal para apoyar con todo lo necesario la realización de las mismas.
Veracruz requiere una inversión mayor en obras urbanas. Nuestras ciudades presentan un elevado nivel de deterioro en sus vialidades y espacios públicos. Los ayuntamientos tienen limitaciones presupuestales que les impiden atender estas demandas.
En apoyo a los municipios invertimos en obras urbanas, en algunos casos directamente, y en otros entregamos los recursos para que ellos los ejercieran. En Xalapa, por ejemplo, construimos el Distribuidor Vial que enlaza la Carretera Federal con la Central de Abastos y diversas colonias ubicadas en la conurbación con Emiliano Zapata.
En Tuxpan, reconstruimos con concreto hidráulico el Bulevar Adolfo López Mateos, una de las vialidades más importantes de la ciudad. En Veracruz, reconstruimos el Bulevar Manuel Ávila Camacho; 5 kilómetros de vialidad, más áreas peatonales y más de dos hectáreas de parques a la orilla del mar, que dan continuidad al Bulevar de Boca del Río.
Hoy, tenemos una vía junto al mar de 10 kilómetros, que corre de Veracruz a Boca del Río; una de las más bellas del país y del mundo. En esta última ciudad reconstruimos integralmente la Avenida Urano, una de las más transitadas de la zona conurbada.
Falta mucho por hacer. Tenemos pueblos y ciudades muy bellos, pero es indispensable mejorar su calidad urbana. También, construimos y pusimos en servicio seis Centros Integrales de Justicia, un Centro Integral de Justicia para las Mujeres y el Refugio Temporal para Mujeres Víctimas de Violencia; así como el edificio para la Unidad Especializada Contra el Secuestro.
Veracruz, junto con varios estados más del sureste del país, ha sufrido los efectos de una grave crisis económica, derivada en buena medida de la crisis energética. Ha sido muy difícil reactivar la economía; tratamos de hacerlo generando confianza entre los inversionistas, pero también promoviendo Veracruz, sacándolo de la cartelera del horror en la que se encontraba desde hace varios años.
En 2017, tuvimos una etapa de pérdida de empleos en casi todo el país. Para 2018 se ha iniciado una lenta recuperación económica, que seguramente se va a acelerar en los próximos años en nuestro estado si logramos impulsar dos ámbitos de inversión: el energético y el turístico.
El turístico es de respuesta más rápida, porque ya tenemos todo, hoteles, restaurantes, personal calificado; pero sobre todo, tenemos la belleza y la cultura del estado más rico y variado del país en materia turística. Hoy tenemos mucho más visitantes que al inicio del Gobierno.
El futuro energético, es sin duda promisorio, pero por razón natural llevará más tiempo.
Apenas hace dos días PEMEX informó que el Yacimiento Ixachi, encontrado recientemente en Tierra Blanca, tiene reservas muy superiores a las que se habían calculado y puede ya considerarse el cuarto del mundo. Entrarán en Veracruz millones de barriles diarios de petróleo y gas, impulsando el desarrollo económico y el empleo en una gran región de nuestra entidad.
Se estima que llegarán a Veracruz inversiones por más de 40 mil millones de dólares en los próximos 10 años, sólo en industria energética. Esas son grandes noticias.
Celebro, en el futuro inmediato, tengamos un escenario mejor para crecer, generar empleos y combatir así la pobreza y la inseguridad. En este periodo, logramos que se decretara la creación de la Zona Económica Especial de Coatzacoalcos, Nanchital, Ixhuatlán del Sureste. Ya hay compromiso de inversión que seguramente se empezará a concretar al inicio del próximo Gobierno.
Recientemente legisladoras y legisladores veracruzanos han planteado en el Congreso de la Unión la posibilidad de crear la Zona Económica Especial de Poza Rica y esa región. Deseo que alcancen su objetivo, sería un gran detonador para otra de las regiones de Veracruz que ha visto severamente lastimada su economía.
Diputadas y diputados, integrantes de este Honorable Congreso.
Sé bien que comparten conmigo la preocupación por la inseguridad. He dedicado a resolver el problema una parte sustantiva de mis horas como Gobernador. Al tomar posesión del cargo, Veracruz vivía una grave crisis de inseguridad. A la una de la mañana del 1° de diciembre de 2016, incluso antes de rendir protesta, llevamos a cabo la primer reunión del Grupo de Coordinación Veracruz para analizar la situación que vivía el estado.
En el grupo participaron los más altos mandos del Ejército, la Marina, la Policía Federal, la Procuraduría General de la República, la Secretaría de Gobernación a través del CISEN; así como el Gobernador del Estado, quien lo presidia, y los secretarios de Gobierno y Seguridad Pública, junto con el Fiscal General del Estado.
A lo largo de estos 730 días, llevamos a cabo 94 reuniones ordinarias de este grupo, casi todas en domingo, y 15 reuniones extraordinarias cuando las circunstancias lo exigieron; 109 reuniones en total. Todos los días, sin excepción, manteníamos contacto a partir de las 6 de la mañana.
En las primeras reuniones hicimos un diagnóstico de la situación de seguridad pública y evaluamos las fortalezas y debilidades estructurales. Encontramos que un gran vacío en el Sistema Estatal de Seguridad, era la carencia de Policías Municipales en los 23 municipios más poblados del estado, incluyendo Xalapa, Coatzacoalcos y Veracruz.
La operación de los cuerpos de seguridad era totalmente desordenada. La complicidades con la delincuencia de algunos mandos, era evidente. El equipamiento existente se encontraba en pésimas condiciones. En diciembre de 2016 no se contaban con recursos ni para el combustible de las patrullas. Era un auténtico desastre.
Tomamos la decisión de enfrentar la emergencia con acciones diversas, pero en particular dos: Pedir el apoyo de la Federación, para contar con más elementos de seguridad y, en paralelo, iniciar la reestructuración de los cuerpos estatales de seguridad y la creación de las 23 Policías Municipales que habían desaparecido.
Igualmente, iniciamos la compra de patrullas y la planeación de lo que después se convirtió en el Sistema Estatal de Videovigilancia. El Gobierno Federal nos apoyó y de inmediato pudimos contar con elementos de la Gendarmería Nacional, de las Fuerzas Federales y más tarde de la Policía Militar.
Con el Grupo de Coordinación Veracruz como eje, hicimos un gran esfuerzo en 2017 para mejorar las estrategias de seguridad y bajar la incidencia y la percepción de inseguridad. Partimos de la base de que a los ciudadanos no les importa si es el delito es del fuero federal o local; y que por ello es obligación del Gobernador y de todos, intervenir en todos los casos.
2017, un año crítico para la seguridad de todo el país y también en Veracruz. En 2018 se empezaron a advertir mejores resultados, índices delictivos a la baja, mismos que así se han mantenido, a la baja en comparación con 2017, en un promedio de 15.61 por ciento según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
A diferencia de Veracruz, la incidencia delictiva ha crecido en 2018 a nivel nacional. Considerando el número de delitos que se cometen por cada 100 mil habitantes, Veracruz es de las entidades con más baja incidencia delictiva; sin embargo, nadie puede, nadie debe cantar victoria, falta mucho por hacer.
La percepción de inseguridad sigue siendo muy alta. La exigencia ciudadana es de tal nivel, que el futuro Presidente de la República ha reconocido que es indispensable el concurso de las Fuerzas Armadas en el combate a la delincuencia, en una estrategia que coincide plenamente con la que hemos implementado en Veracruz en estos dos años.
La integración de Policías Municipales avanza, no al ritmo deseado. Habrá que apoyar a los ayuntamientos para que cuenten con más recursos y puedan así invertir más en seguridad. Como todo gran proyecto, el Sistema Estatal de Videovigilancia está sometido al escrutinio público y, por tanto, al de quienes integran este Honorable Congreso.
De 60 cámaras en todo el estado, el objetivo es llegar a casi 6 mil 500. Para ello, llevamos a cabo largas jornadas de planeación con los mejores expertos a nivel mundial. Una vez que contamos con los recursos, procedimos a contratar a la empresa, en un proyecto de los que se denominan «Llave en mano», y se inició la implementación de este Sistema. El proceso es altamente complejo.
Las cámaras requieren postes especiales, de los cuales ya están instalados mil 581, así como 6 mil 316 cámaras, 38 arcos carreteros, 11 torres de repetición, 54 kilómetros de fibra óptica y muchas otras instalaciones. Cada cámara, cada una de estas más 6 mil cámaras, tiene un radio mediante el que manda la señal a una antena, que a su vez lo retransmite hacia el Centro donde la señal se recibe.
Al llegar al Centro, la señal primero se graba en servidores de alta capacidad; y después, se transmite a un monitor, donde una persona da seguimiento a lo que sucede en un sector determinado. Esto, que resumo en unos cuantos párrafos, ha implicado un esfuerzo enorme.
Primero, por la extensión y las distancias de Veracruz; segundo, por nuestra topografía; y tercero, por la saturación de señales en algunas zonas urbanas, lo que obligó a utilizar fibra óptica en muchos lugares. Adicionalmente, en las últimas semanas, las condiciones meteorológicas han afectado la operación de algunas cámaras y han impedido que otras puedan alinearse. Esa ha sido la razón del retraso; sin embargo, el Sistema se encuentra en operación.
El día de ayer, se celebró una reunión con la empresa contratista para definir con toda claridad el cierre de este contrato, y poder informar al Gobierno entrante las condiciones en que el Sistema se recibe. A través de los Comités de Entrega-Recepción se informará lo conducente.
Honorable Congreso del Estado:
Antes de terminar esta intervención inicial quiero poner a disposición de las diputadas y diputados copia de todas las escrituras, de bienes inmuebles, que fueron entregados por individuos que participaron en el saqueo a Veracruz. Aquí los tengo y se los entregaré al Presidente de la Cámara.
Ninguno se ha vendido. Los recursos en efectivo se depositaron en un fondo especial para bienes recuperados, y fueron aplicados mayoritariamente en obras de salud y equipo de seguridad. Hay una página de Internet donde se puede consultar el detalle en la utilización de estos recursos.
Por otra parte, tanto inmuebles como bienes muebles, incluyendo un jet, un helicóptero y obras de arte, siguen siendo patrimonio de los veracruzanos y se entregarán al siguiente Gobierno. Yo recuperé más de mil 200 millones de pesos en el lapso comprendido entre mi elección y la toma de posesión. Lo hice sin comprometerme a nada indebido, sin perdonar, sin amnistiar.
Todas las conversaciones que sostuve con quienes entregaron los bienes están videograbadas, para que no quede duda. ¿Qué cómo lo logré? Muy fácil y muy complejo a la vez. Les hice sentir a los corruptos de administraciones anteriores que tenía el poder para hacer justicia, y que más les valía devolver lo robado. Hice valer la fuerza. Fui un Gobernador electo por el pueblo, no por un dedo.
Algunos devolvieron, pero falta mucho, mucho por recuperar. Estoy seguro que dentro de unas horas que rinda protesta el nuevo Gobernador, llegará a esta Tribuna con información de lo que él logró recuperar en estos meses. Sería terrible que en lugar de escrituras y bienes, llegara con una oferta de amnistía para quienes saquearon a Veracruz. Estoy seguro de que no será así.
Gracias por su atención. Estoy a sus órdenes.