En un giro que sorprende a pocos, pero indigna a muchos, el proceso para elegir al candidato de MORENA a la presidencia municipal de Tamiahua se ha convertido en un espectáculo lamentable, una burda repetición de los peores vicios políticos que tanto daño han hecho a México. Lo que debió ser un ejercicio de transparencia y consenso se transformó en una pantomima de reuniones secretas, groserías y negociaciones a puerta cerrada, dejando claro que la voluntad popular sigue siendo un adorno innecesario para quienes manejan los hilos del poder.

El relato de los hechos, narrado con detalle en publicaciones recientes, destapa un circo bochornoso. Una supuesta reunión en Jalapa, convocada por líderes partidistas, reunió a un grupo de aspirantes que, lejos de debatir con seriedad, se enfrascaron en una danza de intereses personales y gritos que más parecían un mercado que una deliberación política. La falta de una encuesta, el abandono de cualquier intento de consenso y la decisión unilateral de imponer un candidato sin justificación —un «dedazo» disfrazado de estrategia— son síntomas de una enfermedad crónica: la opacidad.

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Peor aún, la grabación de estas reuniones, un acto que debería ser aplaudido como un esfuerzo por rendir cuentas, fue recibida con hostilidad y acusaciones, como si la verdad fuera un delito. La ironía no pasa desapercibida: quienes se ufanan de representar al pueblo reaccionan con furia cuando se les exige claridad. Esto no es gobernanza; es un juego de tronos en miniatura, donde el mérito y las soluciones a los problemas reales del municipio quedan sepultados bajo el peso de egos y ambiciones.

Tamiahua merece más que esta farsa.

Sus habitantes claman por cambio, pero lo que reciben es un reflejo de los peores excesos del pasado, un recuerdo amargo de cuando el PRI manipulaba candidaturas a su antojo. La falta de escrúpulos para negociar cargos y favores, mientras se ignoran las verdaderas problemáticas locales, es una bofetada a la inteligencia colectiva. Si esto es lo que ofrece la nueva política, entonces estamos condenados a repetir los mismos errores, atrapados en un ciclo de mediocridad y cinismo.

En mi opinión, es hora de que los ciudadanos exijan respuestas y que las instituciones actúen con firmeza. No basta con quejarse; hay que desenmascarar esta pantomima y devolverle a Tamiahua la dignidad que le han robado. De lo contrario, seguiremos siendo testigos de un teatro político que, lejos de resolver, solo agrava las heridas de un municipio olvidado.

Nota para anotar en la servilleta de la Piqueta:

Lo único bueno de la reunión, es que le NEGARON LA CANDIDATURA A NETO LARA Y A TODOS SUS SOBRINOS, por el tema de Nepotismo, agenda que está impulsada por la presidente de la República Claudia Sheinbaum, impulsada por el senador Huerta y apoyada por la gobernadora Rocío Nahle; la iniciativa no ha sido bienvenida en muchas de las pistas del circo en que se está convirtiendo MORENA. A Neto lo único que le queda es buscar “impunidad”, para que el candidato que gane la presidencia municipal le solape todo lo que probablemente se robó, junto con su concubina.

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