En un escenario político plagado de promesas incumplidas y verdades a medias, la alcaldesa de Tamiahua, Linda Guadalupe Rodríguez Torres, ha decidido añadir una nueva página al manual del engaño público. La funcionaria se ha jactado en redes sociales de haber brindado un supuesto apoyo a los pobladores de Palma Sola durante el devastador incendio que comenzó la semana pasada. Sin embargo, los testimonios de los propios residentes y la realidad de los hechos pintan un cuadro muy diferente.

La versión oficial de la alcaldesa es tan falsa como las fotografías que compartió en Facebook, las cuales, según los habitantes, no corresponden al siniestro en cuestión. El agente municipal, David Santiago, ha confirmado que el incendio aún no ha sido controlado en su totalidad y que el Ayuntamiento de Tamiahua no ha aportado la ayuda que Rodríguez asegura.

Los verdaderos héroes de esta tragedia han sido los residentes de Palma Sola y de otras localidades cercanas, quienes junto a Protección Civil estatal y municipal de Tancoco, y un grupo de voluntarios de Naranjos, Chinampa y Tamalín, se han encargado de enfrentar las llamas. Ellos han proporcionado agua, sueros, cubrebocas y alimentos, mientras que del Ayuntamiento de Tamiahua solo se ha recibido una modesta pipa de agua, que según los testimonios locales, se retiró antes de ser utilizada.

Karen Julio Cruz, una residente del lugar, lo expresó claramente en redes sociales: “Tamiahua lo único que mandó fue una pipa de agua”. Esta afirmación ha sido respaldada por otros habitantes, como Ami Santiago de la Cruz, quien denunció la falsedad de las imágenes publicadas por la alcaldesa y Yuli Cruz, quien comentó que en incendios anteriores, la intervención de Protección Civil se ha limitado a llegar para tomarse fotografías cuando el fuego ya había sido extinguido por los vecinos.

Los testimonios continúan en la misma línea. Héctor Yael Cruz Domínguez señaló la incapacidad logística del municipio: “Su pipa muy apenas subió a Palma Sola junto con los de Protección Civil y se regresaron, ni siquiera subieron al incendio a mandar fotos reales”. La indignación se amplifica con comentarios como el de Criss Santiago, quien lamenta que “Qué pena dan valerse de mentiras para quedar bien, al pueblo nadie lo engaña”, y Azucena Lorencez, quien critica la actitud de las autoridades: “Presume con sombrero ajeno”.

La administración de Linda Guadalupe Rodríguez Torres no solo ha fallado en proporcionar el apoyo necesario en un momento crítico, sino que ha optado por engañar al público con el fin de ganar aplausos inmerecidos. Esta conducta no solo es irresponsable, sino que refleja un desprecio alarmante por la verdad y por las necesidades de los ciudadanos.

En mi opinión, la confianza en los líderes locales se construye con acciones concretas y sinceridad, no con manipulaciones mediáticas. La indignación de los habitantes de Palma Sola es justificada, y su denuncia en redes sociales es un recordatorio de que en la era digital, la verdad encuentra su camino, a pesar de los intentos de ocultarla. La alcaldesa de Tamiahua debería recordar que las imágenes pueden ser manipuladas, pero los hechos y las voces de los ciudadanos permanecen implacables ante la mentira.