Corrupción, divino tesoro
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
Para el candidato de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, el problema mayor del país es la corrupción. Es decir, un conflicto administrativo y no político y mucho menos social.
Anaya no esconde la raíz ideológica de su partido, aunque niegue con su forma de actuar los ideales que le dieron origen a Acción Nacional.
La definición de Ricardo Anaya sobre lo que para él es el principal problema de México lo ubica como un administrador y no como un político. Comentó que, por ello, además de trabajar de manera absolutamente decidida en esa materia, en el país se necesita un cambio radical.
Pero poco servirá tratar de erradicar la corrupción sin mejorar los bajos salarios en la administración pública, que es el gran pretexto de que la corrupción exista. Y nada puede hacer avanzar a nuestro país cuando la mitad de la población vive en la pobreza y más de la mitad de los pobres está en la miseria. Con un desempleo creciente y unos salarios de hambre.
Pero su visión es administrativa y no política y mucho menos social. Y así lo conforma al decir que es necesario “un cambio de raíz para limpiar el sistema político, la corrupción y para contar con un gobierno honesto, con principios, valores y que se conduzca con ética”.
La insistencia del candidato a la Presidencia de la República por el frente y del líder nacional del PAN sobre la idea muy particular acerca de que su candidatura sube como la espuma, pareciera mostrar lo contrario ante la salida de varios panistas hacia otros partidos.
Decisión que Anaya dice respetar y minimiza diciendo que no son tantos los que se salieron y que en nada perjudica su campaña.
Pareciera que cualquier camino es mejor para los vergonzantes panistas que huyeron de ese partido luego de que Anaya se impusiera como candidato: Margarita Zavala al saber que ella no sería la candidata de su partido se fue por la vía independiente; Javier Lozano, para desgastar la candidatura de Anaya, regresó al PRI, Gabriela Cuevas, no vio futuro personal en el PAN y se fue a Morena, y José Luis Luege Tamargo se fue al limbo de los independientes, con tal de no estar bajo la batuta de alguien que no considera apto para llevar una candidatura de tal envergadura.
Uno de los problemas que caracteriza a los miembros de ese Frente es la insistencia por montarse en momentos que no son propios, es decir, se trata de una campaña para lograr la candidatura y aunque sea un candidato único, debe guardar las formas y no dirigirse abiertamente a la sociedad sino a la militancia.
Anaya cree que los jóvenes votarán por el por el simple hecho de aparentar ser un jovenzuelo; nada más equivocado, los jóvenes están desencantados de los partidos políticos y de los políticos, incluyendo los independientes. No votarán en su mayoría, su propuesta representa una visión conservadora, a grado tal que ve en la cuestión administrativa la primera urgencia del país, al designar a la corrupción como su problema más grave.
Cuando las dictaduras militares empezaron a erosionar la democracia en América Latina, desde los años sesenta, la consigna de los militares golpistas era clara: mucha administración, poca política.
En tiempos de precampaña el tema de la corrupción debe ser dirigido a la militancia, cuyos miembros adolecen también de esos problemas, pero tampoco pudo el PAN ser muy acertado durante dos sexenios para combatir este flagelo. Ni siquiera lo intentó.
El propio Anaya no escapa de esta responsabilidad al ser señalado de que en su declaración 3 de 3, no resulta lógico explicar su vida de lujos, incluyendo sus recurrentes vuelos una vez por semana de México a Atlanta para visitar a su familia. Es por ello que convocó a los medios para comprobar que sus hijos asistían a un colegio en la Ciudad de México, cuando en realidad estaban inscritos en escuelas del vecino país del norte.
Anaya reconoció que mantener a su familia en Atlanta desde hace años le implica tres gastos fuertes: la renta de una casa por 42 mil dólares al año (3 mil 500 mensuales), colegiaturas por 48 mil 300 dólares anuales y alrededor de 52 vuelos anuales ida y vuelta a Atlanta, una vez por semana.
Anaya adquirió en 2015 un crédito hipotecario por 5 millones 576,505 pesos contratado con Banamex en abril de ese año. Pero de acuerdo con el simulador hipotecario del banco, Anaya tendría que destinar no menos de 30 mil pesos mensuales para poder pagar dicha deuda, cifra que representa cerca de 360 mil pesos anuales en las condiciones más ventajosas.
Sumado todo lo anterior, los gastos de Anaya y su familia ascienden a un total de 3 millones 114,393 millones de pesos anuales, sin tomar en cuenta otros gastos adicionales como alimentos, ropa o gasolina.
Anaya asegura que los ingresos de su familia ascienden a 4 millones 800 mil pesos anuales, es decir, 400 mil pesos mensuales, derivados de su sueldo como presidente del PAN que es de 48 mil pesos mensuales, los ingresos de su esposa de 50 mil pesos mensuales y los ingresos de 300 mil pesos mensuales derivados de las rentas de “dos placitas comerciales” ubicadas en Querétaro. Algo que, según Anaya, viene incluido en su declaración 3 de 3.
Esa es la prioridad de Anaya, la corrupción, sin tomar en cuenta que la educación es otro de los factores determinantes que arrojan su prioridad en el país, sobre todo una educación de calidad donde las cuentas del propio Anaya puedan ser explicadas de manera más clara.
La alma mater de Anaya, la Universidad Autónoma de Querétaro, debe tener mejores maestros de matemáticas o, aunque sea de aritmética que puedan dar luz sobre la oscuridad en las cuentas que al precandidato del Frente a la Presidencia de la República, no le salen. PEGA Y CORRE. – La coalición “Veracruz al Frente”, cuyo precandidato al gobierno del estado es Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo del actual mandatario Miguel Ángel Yunes Linares, ha nombrado a algunos ex duartistas que buscan evitar la investigación y asegurar su impunidad a través del fuero. El dirigente estatal del PRD y el secretario general del PAN, Jesús Velázquez Flores y Carlos Valenzuela González, acogieron a Renato Tronco Gómez, quien gracias a Javier Duarte militó en el PRI y en el Verde Ecologista de México, partidos por los que fue alcalde de Las Choapas y legislador local… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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