DON CRUZ TREVIÑO DE LA GARZA Y LA TAMIAHUERA…
Don Cruz siempre quiso tener un auténtico par de botas de montar, así que cuando vio un par en la tienda lo compró y se las puso. Luego fue para su casa.
Caminando orgullosamente entró a la cocina y le dijo a su mujer:
¿Ves algo diferente en mí?
La tamiahuera lo miró de arriba abajo y le contestó: ¡NO!…
Frustrado, Don Cruz corrió al baño, se desvistió y volvió a la cocina completamente desnudo excepto las botas.
Nuevamente le preguntó a la Tamiahuera, con voz un poco más alta esta vez:
-¿Notas algo diferente AHORA?
La Tamiahuera levantó la vista y dijo con la mayor indiferencia:
-¡Ay, Cruz!, ¿qué es diferente?… está COLGANDO HACIA ABAJO, como estaba colgando ayer, y estará colgando así mañana…
Furioso, Don Cruz Treviño gritó:
-Y, ¿SABES POR QUÉ ESTÁ COLGANDO HACIA ABAJO, ERICKA?
-No. No tengo ni idea- respondió ella.
-¡ESTÁ COLGANDO PORQUE ESTÁ MIRANDO MIS BOTAS NUEVAS!…
Y sin levantar la vista la Tamiahuera le respondió:
-Po’s deberías haber comprado mejor un sombrero… ¡IMBÉCIL!…