Apenas un día después de que el OPLE Veracruz diera a conocer las planillas oficiales registradas para el proceso electoral 2024-2025, estalló la primera bomba política en Tuxpan: La Ex-Panista y Ex Perredista Areli Bautista Pérez, quien había sido registrada como candidata a síndica propietaria en la planilla del Partido Verde Ecologista de México encabezada por Alberto Silva Ramos, presentó su renuncia de manera irrevocable.
El documento, dirigido a la presidenta del Consejo Municipal 188 del OPLE en Tuxpan, Katia Karina Vera Hernández, fue recibido la tarde del martes 15 de abril. En él, Areli Bautista formaliza su decisión de abandonar la candidatura con base en los artículos 35 constitucional y 178 del Código Electoral de Veracruz. Solicita que se le tenga por retirada de la contienda.
Hasta ahí, una dimisión más de las que suelen ocurrir en procesos internos. Sin embargo, un mensaje filtrado revela que las razones detrás de esta renuncia son todo menos ordinarias.
Según el testimonio, los conflictos internos comenzaron cuando Bautista —considerada de las primeras en sumarse al proyecto de Silva Ramos— se enteró de que la primera regiduría ya había sido negociada con otra figura: la ahora Ex Panista Mayte Osorio. “Ahí fue donde se le puso al pedo”, dice el relato, que señala el inicio de una serie de tensiones, reclamos y finalmente su salida del equipo.
Pero la historia no termina ahí.
En su desesperación por mantenerse vigente, Bautista habría buscado acomodo en otros proyectos políticos, incluyendo el de Daniel Cortina y el de Juan Ramón Gánem. En este último, según la fuente, intentó presionar para obtener la primera regiduría, incluso cuando la planilla ya había sido registrada oficialmente con Lorena Marín en ese lugar. La maniobra encendió alarmas dentro del equipo de Gánem, al grado de que se intentó, sin éxito, convencer a Marín de renunciar.
La situación deja claro que la llamada «unidad» en varios equipos políticos de Tuxpan es, en realidad, una baraja marcada por ambiciones personales, celos y promesas cruzadas.
Así, mientras las campañas apenas comienzan a calentar motores, ya hay quienes se bajan del barco, quienes buscan uno nuevo, y otros que simplemente, como Areli, podrían quedarse sin puerto donde anclar.
En mi opinión, La política tuxpeña vuelve a mostrar su rostro más crudo: el de las traiciones a plena luz del día.
Nota escrita en la servilleta de la Piqueta:
Como si no bastara con los jaloneos internos y las renuncias explosivas, el proceso electoral en Tuxpan también enfrenta serias irregularidades en el registro de planillas. Un caso particularmente llamativo es el de Leticia Sánchez Bautista, quien aparece simultáneamente registrada en dos planillas distintas: una del Partido del Trabajo (PT) –en la Regiduría 1– y otra del Partido Acción Nacional (PAN) –en la regiduría 3-.
Lo curioso —y revelador— es que ambas candidaturas están ligadas por lazos familiares: Leticia es prima de la esposa del candidato panista Juan Ramón Gánem y, al mismo tiempo, cuñada del candidato petista Miguel Ángel Elizalde. La doble inclusión no solo levanta sospechas sobre la seriedad de los registros, sino que confirma que los partidos parecen más interesados en acomodar a sus allegados que en respetar la legalidad electoral.
En los pasillos políticos ya se comenta que ambos candidatos “se la están peleando”, como si se tratara de una ficha de poder en el ajedrez local, dejando claro que en Tuxpan, el árbol genealógico importa tanto como la militancia… o quizás más.
Con este tipo de irregularidades, el OPLE deberá actuar con firmeza para garantizar que las planillas cumplan con los requisitos legales y evitar que el proceso electoral derive en un desfile de componendas familiares disfrazadas de participación ciudadana…
