“En política no hay casualidades. Si algo sucede, puede apostar que fue planeado así.” —Franklin D. Roosevelt.
Hoy, en la sala de Cabildo del Ayuntamiento de Tuxpan, se empezó a mover el tablero. Martha Laura Zárate Vicencio, mejor conocida en su comunidad como “La Chocoya”, agente municipal de La Mata, solicitó licencia por 60 días. No es por enfermedad, ni por asuntos personales. Es por política. Más precisamente, por el arranque del Proceso Electoral Local Ordinario 2025 (PELO 2025).
Con su solicitud, La Chocoya se convierte en la primera ficha en mostrar públicamente su intención de ausentarse del cargo para buscar una posición en la boleta del próximo primero de junio. Pero no será la única. Este viernes, el cabildo tuxpeño recibirá más solicitudes de licencia. Algunos regidores ya están aceitando sus estructuras y afinando discursos.
El Nuevo Pekin
¿Será Juan Gómez, regidor quinto, el elegido por MORENA para competir por la sindicatura única? Su participación en la reciente jornada de afiliación organizada por Daniel Cortina Martínez —el virtual candidato a la presidencia municipal por ese mismo partido— apenas este 20 de marzo no fue coincidencia. En política, las señales no se mandan en vano.
Tampoco hay que perder de vista a Axel Bernal Herrera, joven regidor que ha estado moviéndose con sigilo pero constancia. ¿Pedirá licencia también? ¿O esperará al último minuto para sumarse a alguna de las campañas? Otro nombre en el aire es el de Marianela Monroy Flores, regidora tercera emanada del Partido Verde, quien podría inclinar la balanza en favor de Beto Silva, si decide sumarse a su proyecto.
Este viernes, el pleno del cabildo tuxpeño votará las solicitudes de licencia. Más allá del protocolo administrativo, el acto será una primera fotografía del reacomodo de fuerzas que se avecina. Las licencias no son solo permisos para ausentarse del cargo: son declaraciones de guerra electoral, jugadas de ajedrez que anuncian que la contienda ha comenzado.
En mi opinión, la elección municipal de Tuxpan será, sin duda, una de las más observadas de Veracruz Norte. No solo por el peso político y económico del municipio, sino porque en el ajedrez morenista —y de sus aliados— empieza a sentirse el calor de las aspiraciones. Habrá que ver si el pragmatismo se impone al romanticismo de las causas populares.
La democracia, al menos en teoría, es el espacio donde todos pueden participar. Pero los que ya están en el poder tienen una ventaja: conocen las reglas, dominan los tiempos, y sobre todo, manejan la agenda.
Así que mientras en la calle los ciudadanos se preocupan por los baches, la inseguridad o el abasto de agua, en la sala de cabildo ya se juega otra partida. Una en la que los protagonistas piensan en campañas, eslóganes, y alianzas.
Y apenas va a terminar marzo.