Los números de la ratificación: Gómez Cazarín
¡YA FALTA POCO PARA QUE SE VAYA CHABELO DE CAEV!
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Por primera vez en la historia del país, la ciudadanía acudió a las urnas para votar sobre si el Presidente de la República merecía continuar en su cargo. ¿Se queda o se va?, era la alternativa.
Mucha gente no lo ha dimensionado, pero la Revocación de Mandato, con el diseño de democracia directa como la que tenemos, con el voto popular universal, será uno de los grandes legados del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En poquísimos países del mundo es posible esto.
Hemos entrado a una nueva era en la democracia mexicana, porque “el pueblo pone y el pueblo quita”, sustituyó a “el pueblo puso y ahora se tiene que aguantar porque no hay marcha atrás”.
¿Cómo le fue a Andrés Manuel? ¡Le fue genial!
A ver: en Veracruz, en las elecciones federales del 2018, dos millones 059 mil 209 personas votaron a favor de Andrés Manuel.
Ayer, un millón 476 mil 850 personas votaron en Veracruz para que se quedara.
¡Ah, entonces le bajó la votación!, dicen sus opositores. Pero matemáticamente eso tiene sus asegunes.
Para empezar, porque no hubo campaña política. ¿Se imaginan si Andrés Manuel hubiera recorrido el país en campaña?
Y más importante: porque se instaló la tercera parte de las casillas normales. ¡La tercera parte! Con el 33 por ciento del número de casillas obtuvo casi el 71 por ciento de la votación del 2018.
Otro dato: en el 2018, en Veracruz, la suma de los votos entre Ricardo Anaya y José Antonio Meade fue de casi 40 por ciento –Andrés Manuel solito tuvo casi 54-. Ayer, en cambio, el porcentaje de veracruzanas y veracruzanos que votaron para que el Presidente se fuera ¡no llegó al 5 por ciento!
Pero con todo eso, el principal ardor de la oposición no son los números del 2022: es el antecedente que queda para el futuro.
Mexicanas y mexicanos acabamos de cruzar un punto de no retorno en el que ya sabemos el caminito para correr a un Presidente o Presidenta que no cumpla su palabra. Y la oposición no puede dormir tranquila por eso. ¿Se imaginan que hace seis años hubiéramos corrido a Enrique Peña Nieto?