LOS GATOS COMO MASCOTAS
Un gato puede ser muy cariñoso y buscar constantemente la compañía de su dueño. Pero son animales con los que hay que tener un trato suave y respetuoso. Se les puede acariciar, se puede jugar con ellos, pero respetando siempre sus apetencias. Cuando un gato no desea jugar o no desea ser acariciado hay que dejarle dormir en paz. Y no toleran un trato rudo.
Si un niño pequeño lo sujeta de modo que le molesta el gato puede arañarle al intentar zafarse. No sería una agresión, simplemente una consecuencia de tener un montón de uñas afiladas, pero hay que tenerlo en cuenta.
Únicamente son aconsejables para los niños más formales y suaves, capaces de comprender cómo tratar a un gato.