Ella caminaba tranquila por la acera cuando la atropellaron
Tuxpan, Veracruz | La mañana de este viernes, el sol apenas calentaba las calles cuando el destino torció el rumbo en el cruce de Cuitláhuac y Arista, en la colonia Escudero. Eran las 10:40, y un Kia Soul rojo, modelo 2020, con placas de la gran Ciudad de México (D94-BFF), cortó el aire como si fuera el dueño del asfalto. Alfredo “G.”, un tipo de 44 años que respira el polvo de Chipilo, en Puebla, iba al volante. No sabemos qué lo traía tan apurado, pero decidió que el carril preferente era suyo. Craso error.
El Kia chocó contra un taxi Nissan Tsuru, blanco y rojo como manda la ley, modelo 2017, placas A272XFE, número 1437. Daniel “L.”, de 53 años, un veterano de las calles de Adolfo Ruiz Cortines, manejaba ese taxi como quien lleva el peso del mundo en los hombros. El golpe fue seco, brutal, y mandó al Tsuru a dar tumbos como un borracho en plena juerga. Pero no quedó ahí la cosa.
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En la acera, ajena al pleito de los fierros, caminaba Maricruz Gámez Ruiz, 31 años, una mujer de esas que cargan la vida en los pasos firmes. El taxi, fuera de control, le cayó encima como una nube negra con garras de acero. La levantó del suelo y la dejó tirada, mientras el eco del impacto se perdía entre los gritos de los testigos. No sabemos aún su estado de salud; la llevaron volando al Centro Médico Tuxpan, no se veía desconcentrada.
Los de emergencias llegaron con sirenas cortando el aire, y los de tránsito se plantaron firmes, asegurando los restos del Kia y el Tsuru como si fueran pruebas de un crimen sin resolver. Alfredo y Daniel, cada uno con su verdad, esperan que las culpas se repartan. El tráfico se atoró por un rato, y las bocinas cantaron su impaciencia, pero en la banqueta quedó la marca de algo más hondo: el instante en que la ciudad mostró sus dientes.
Aquí en Tuxpan, las calles no perdonan descuidos. Y Maricruz, atrapada en el torbellino de fierros y prisas, es ahora el rostro de esa lección.