¡Hola, hola lectores!

Hace tiempo que no les escribía, pero es porque andábamos muy ocupados no porque no hubiera nada que comentarles, porque viviendo en Tuxpan siempre hay algo que comentar-dialogar-comunicar-criticar o retroalimentar eso que ni qué; y es que si no es un choque, es un ahogado en la playa, padres tomando escuelas, los incendios o el agua que no llega porque chavelo es menso, etc. O las estrambóticas participaciones en el desfile del Aniv. De la Rev. ¡ah! Pero ese es un tema que vamos a dejar pendiente para otro texto, porque claro que hay mucha tela de dónde cortar.

Esta ocasión quiero platicarles otra cosa, algo que hemos venido notando y aunque para algunos pasa desapercibido para otros no, algunos son más fríos de mente y otros tenemos corazón de pollo, para unos el fin justifica el medio y para otros más trágicos creemos que “el progreso nos va a matar”, pues si bien el progreso es necesario, a veces nos llega de formas inadecuadas, obsoletas y al “ahí se va”, fíjense, como seres humanos y como especie dominante en el planeta, crecemos y hacemos crecer las zonas urbanas a lo puro menso, por las premuras del crecimiento poblacional y la demanda de viviendas, eso es innegable; pero también solo espectamos cómo los poderosos, las empresas, los del dinero en pocas palabras; no se detienen, ni les interesa a quienes aplastan con las devastadoras deforestaciones en los alrededores de la ciudad.

Tuxpan Discovery

Ya les explico a dónde voy con todo esto, resulta que el viernes de la semana pasada, el 17 de noviembre de este año –y que quede asentada aquí esta fecha, para ver en unos años en qué resultó el daño que aquí se menciona- andábamos allá comprando en la zona del intento del “gran patio de Tuxpan”, cuando recibimos la llamada de una vecina de la colonia Vicente Guerrero, un poquito preocupada porque quería reportar el avistamiento de un venadito, ¡si! Un venadito bebé, pues le preocupaba primero: que lo veía solito y un poco desorientado y asustado, segundo: que los perros le fueran a hacer algo –porque aunque no lo crean, si hay perros en la calle y ese es otro problema que como sociedad tenemos que resolver-, tres: que alguien lo fuera a atropellar si se iba a la carretera, y cuatro: pues que no sabía a dónde podía reportalo.

¿Cuál es la autoridad encargada de la protección de animales y fauna silvestre en Tuxpan?, ¿Cuál es su información de contacto?, y es que eso no cualquiera lo sabe, por esto, sus preocupaciones si estaban justificadas. Entonces decidimos ir a dar una vuelta para ver si también lográbamos verlo, ¡pobrecito! A los “corazón de pollo” cualquier cría de cualquier especie nos da por ir a ver qué se puede hacer. Obviamente después de hacer el reporte a la autoridad que creímos pertinente en ese momento. Ya en el transcurso del trayecto a la Vicente Guerrero nos fuimos enterando que no era el primer avistamiento, pues en los días previos a este, otros vecinos de la misma zona manifestaron verlo.

Y pues llegamos a la dirección donde nos indicaron que lo habían visto momentos antes, no tardamos mucho, una media hora aproximadamente, pero pues no nos iba a estar esperando ¿verdad? Ya se había metido en el poquito “monte” que todavía queda alrededor de la colonia. Y es que fíjense, aquí viene ya lo preocupante de hacer las cosas a lo bestia, en la prisa de hacer crecer el complejo de fraccionamientos donde están Los 2 Cabos y Camporeal, se ha hecho una deforestación brutal, primero empezaron con sus incendios “accidentales” para poder matar toda la flora y poder desmontar con mayor rapidez, matando a toda la fauna que quedara atrapada en ellos, y poniendo en peligro las viviendas cercanas, porque aquí todo mundo sabemos que se les salían de control y después los que parían cuates eran los pobres y limitados bomberos; después empezaron con las limpiezas de esos terrenos con su desfile de maquinaria pesada entre tractores y de más, y ahora los que vivimos cerca de ahí vemos como pasan a diestra y siniestra los camiones de volteo uno tras otro, primero cargados de maleza y basura, y ahora cargados de tierra, circulando con la mínima de precaución a velocidades fuera de su límite permitido, sin lona que debe cubrir sus cargas y sintiéndose dueños de nuestras calles, ¡ah y cuidadito levantamos la voz! Porque entonces somos los vecinos revoltosos y problemáticos.

Y mientras todo esto pasa frente a nuestros ojos, están los pobres animales, a los que su hábitat les está siendo arrebatado, sin un estudio ambiental seguramente, victimas del progreso y probablemente de algún grado de corrupción, desplazados sin voz que diga algo por ellos, sin ser reubicados.

El daño ya está hecho y es irreversible, porque no nos hagamos tontos, aunque Tuxpan no es una zona donde predominen estas especies no significa que no tengamos una población muy discreta de ellos, hablando de venados, pero si somos abundantes en otras como los tlacuaches, iguanas, mapaches, armadillos, coyotes, uno que otro conejo y que decir de los rastreros, víboras, tarántulas, alacranes etc. Que aunque no nos gusten, todos y cada uno son necesarios y muy importantes en la cadena de continuidad de la fauna; porque controlan plagas, porque contribuyen a la polinización de la flora. Pero sobre todo porque el ser humano no es nadie para decidir que especie subsiste y cúal no.

Dicho todo esto, ¿ustedes qué piensan? ¿Qué han observado del progreso en la ciudad? ¿Cómo se han visto afectados por el mismo? ¿qué les preocupa? ¿Qué proponen? ¿QUÉ VAMOS A HACER?

Pescadería y Restaurante Lori Ivonne