Daniel Cortina y el poder del cariño maternal
Hay campañas que se hacen con discursos. Y hay campañas que se hacen con abrazos.
Daniel Cortina, en su décimo día de recorrido proselitista por Tuxpan, eligió el camino de la empatía y la cercanía. Porque más allá de las estadísticas, los compromisos o los programas de gobierno, hay símbolos que valen más que mil palabras. Y en esta jornada, ese símbolo fue la figura de la madre tuxpeña.
El candidato de Morena no solo visitó colonias, saludó a vecinos o escuchó quejas —como suele dictar el manual político—. Fue más allá. Aceptó una invitación sencilla pero significativa: compartir el desayuno con un grupo de madres organizadas que, más que exigir, abrazan, escuchan y proponen.
El convivio, organizado por el Grupo de Mamás de Tuxpan, no fue un acto de campaña común. Fue un acto de confianza. De esos que no se improvisan. De esos que hablan de una conexión auténtica entre el candidato y la comunidad.
Las Vaqueritas
En tiempos en los que la política suele olvidarse de las emociones y se refugia en la frialdad de los tecnicismos, Daniel Cortina le dio un rostro humano a su proyecto: el de las mujeres que sostienen a Tuxpan desde el silencio, el esfuerzo cotidiano y la ternura. “Ustedes son la referencia más viva del amor, la fortaleza y la unidad familiar”, dijo. Y en ese momento, más que un candidato, pareció un hijo agradecido.
El mensaje no fue menor: las madres serán prioridad en su gobierno. No como una consigna electoral, sino como un eje transversal de políticas públicas. Porque apoyar a las madres es apoyar la economía, la salud, la seguridad, la educación y la paz social.
Este tipo de encuentros, lejos del reflector, pero cargados de simbolismo, son los que construyen el verdadero liderazgo. Cortina no solo se llevó fotografías: se llevó compromisos, sonrisas, y algo más valioso aún, el respaldo espontáneo de quienes saben leer el alma de un político. Y ellas, las madres tuxpeñas, parecen haberlo leído bien.
Isla de Lobos Adventure Tours