¿Vive Todavía su Señor Padre?
¿Vive Todavía su Señor Padre?
¡YA FALTA POCO PARA QUE SE VAYA CHABELO DE CAEV!
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Hace 41 años que mi papá emprendió el viaje sin retorno. Le pregunto a Usted amable lector…
¿Vive todavía su señor padre…? Entonces por favor lea lo siguiente.
Amado Hijo: El día que esté viejo y ya no sea el mismo, cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide cómo atarme mis zapatos.
Tenme paciencia y compréndeme. Recuerda las horas que pasé enseñándote a hacer las mismas cosas. Si cuando conversas conmigo, repito y repito las mismas palabras y sabes de sobra cómo termina, no me interrumpas y escúchame.
Cuando eras pequeño para que durmieras, tuve que contarte mil veces el mismo cuento.
Cuando estemos reunidos y sin querer, haga mis necesidades, no te avergüences y comprende que no tengo la culpa de ello. Pues ya no puedo controlarlas. Piensa cuántas veces cuando eras niño te ayudé y estuve pacientemente a tu lado esperando a que terminaras lo que estabas haciendo.
No me reproches porque no quiera bañarme; no me regañes por ello. Recuerda los momentos que te perseguí y los mil pretextos que te inventaba para hacerte más agradable tu aseo. Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con tu sonrisa burlona.
Acuérdate que fui yo quien te enseñó tantas cosas, comer, vestirte y cómo enfrentar la vida tan bien como lo haces, son producto de mi esfuerzo y perseverancia.
Cuando en algún momento, mientras conversemos, me llegue a olvidar de qué estamos hablando dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo lo recuerde y si no puedo hacerlo no te impacientes; tal vez no era importante lo que hablaba y lo único que quería era estar contigo y que me escucharas en ese momento.
Si alguna vez yo ya no quiero comer, no me insistas, sé cuanto puedo y cuándo no debo. También comprende que con el tiempo, ya no tengo dientes para morder ni gusto para sentir. Cuando mis piernas fallen por estar cansadas de andar… dame tu mano tierna para apoyarme como lo hice yo cuando comenzaste a caminar.
Por último, cuando algún día me oigas decir que ya no quiero vivir y sólo quiero morir, no te enfades. Algún día entenderás que esto no tiene que ver con tu cariño o cuánto te amé. Siempre quise lo mejor para ti y he preparado los caminos que has debido recorrer. Piensa entonces que con este paso que me adelanto a dar, estaré construyendo para ti otra ruta en otro tiempo, pero siempre contigo.
No te sientas triste, enojado o impotente por verme así. Dame tu corazón, compréndeme y apóyame como lo hice cuando empezaste a vivir. De la misma manera como te he acompañado en tu sendero, te ruego me acompañes a terminar el mío. Dame amor y paciencia que te devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por ti…
TU VIEJO
En este día y todos los que siguen llene de abrazos y besos a su padre y cuídalo mucho… los que pintamos canas no sabemos cuándo seremos llamados por el Supremo Creador y en diciembre, los padres nos ponemos sentimentales.