Tuxpan, Ver.- Arribó aproximadamente a las 10 de la noche a las instalaciones de Funerales Rivas el cuerpo de un empleado de la empresa COTEMAR, de especialidad TUBERO, quien murió quemado el pasado 7 de julio en la catástrofe de la plataforma de Petróleos Mexicanos (Pemex) Nohoch-Alfa del activo de producción marina Cantarell, ubicado en la Sonda de Campeche. La explosión, que se registró aproximadamente a las 5:25 horas de el viernes pasado, provocó la evacuación de más de 300 trabajadores a la plataforma Akal-Golfo.

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De acuerdo con un comunicado de Pemex, el accidente se inició en la plataforma de enlace Nohoch-A y se extendió posteriormente al área de compresión, lo que activó el sistema de paro por emergencia. Cuatro embarcaciones fueron enviadas para controlar el incendio. En el lugar se encontraban laborando 328 trabajadores. La magnitud del siniestro fue considerable, ya que el humo del fuego se podía observar desde plataformas cercanas y desde la misma isla del Carmen, donde ambulancias de la Cruz Roja y de Pemex se concentraron para recibir a los heridos, según reportes locales.

El presidente Andrés Manuel López Obrador minimizó la catástrofe en su conferencia de prensa matutina exponiendo la desaparición de entre tres y cuatro personas y  adelantó que Pemex informaría más tarde sobre el tema -cosa que no sucedió- y envió un abrazo a los familiares de los trabajadores afectados. “Hubo una explosión en la madrugada en la plataforma de producción de gas, ya se está atendiendo. Es en las costas de Tabasco y Campeche”, detalló.

El Grupo de Atención y Manejo de Emergencias de Pemex en Ciudad del Carmen se encuentra atendiendo la emergencia junto con personal de la Secretaría de Marina y Guardia Nacional. El complejo Cantarell, que forma parte de la Sonda de Campeche de Pemex y se ubica a unos 85 kilómetros de Ciudad del Carmen, fue el yacimiento más emblemático de la paraestatal en años de intensa explotación de hidrocarburos, pero a principios de la década de los 2000 comenzó su proceso de declive.

Juan Velazco Pérez, de 53 años de edad, Tantoyuquense, pero de corazón tuxpeño, era un obrero muy entregado a su empleo, nunca faltaba y siempre estaba actualizado en las técnicas que su empleo le exigía. Su fallecimiento en este trágico accidente ha dejado un profundo dolor en sus seres queridos, compañeros de trabajo y comunidad. La dedicación y el compromiso de Juan con su empleo son recordados por todos aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerlo y trabajar a su lado.

En este momento tan difícil, nos solidarizamos con la familia de Juan Velazco Pérez. Expresamos nuestras más sinceras condolencias y deseamos que encuentren consuelo en estos momentos de profundo pesar. La partida de Juan deja un vacío irreparable, pero su memoria y legado perdurarán en los corazones de quienes lo conocieron.

Descanse en paz, Juan Velazco Pérez.