La administración municipal de Tamiahua, encabezada por la presidenta Linda Guadalupe Rodríguez Torres, continúa hundiéndose en el lodo de la mala gestión. Recientes auditorías del Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz (ORFIS) han revelado serias irregularidades en el manejo de los recursos públicos, lo que ha resultado en un presunto daño patrimonial de más de 9 millones Ochocientos Setenta y Nueve mil Ciento Sesenta pesos 41/100. Esta cifra, sin embargo, podría ser solo la punta del iceberg de lo que parece ser una red de corrupción profundamente arraigada en el gobierno municipal, con Ernesto Lara Ramos, concubino de la alcaldesa, jugando un papel clave.
Ernesto Lara Ramos no solo ha sido señalado como parte de esta trama de mala administración, sino que sus ambiciones políticas empiezan a salir a la luz. Según fuentes cercanas a la presidencia municipal, Lara Ramos pretende impulsar a su sobrino Jorge Lara como el próximo candidato de MORENA a la alcaldía de Tamiahua, bajo el paraguas de una organización que ha bautizado como JITACIT (Juventud, Ideas, Talento, Creatividad e Innovación de Tamiahua). El movimiento, disfrazado de una plataforma juvenil innovadora, parece tener un solo objetivo: garantizar que las fechorías de su tío y de la actual administración queden enterradas bajo una nueva gestión controlada por la misma familia.
La estrategia política detrás de JITACIT
JITACIT ha sido presentada como una agrupación de jóvenes comprometidos con el futuro de Tamiahua, pero la realidad detrás de este proyecto parece mucho más siniestra. Bajo la apariencia de una renovación política, Ernesto Lara Ramos pretende imponer a su sobrino Jorge Lara en la candidatura de MORENA para las elecciones municipales del 1 de junio de 2025. La maniobra busca garantizar la continuidad de la influencia de la familia Lara en el poder municipal, blindando a los responsables de los desfalcos y la mala administración detectada durante el mandato de Linda Guadalupe Rodríguez Torres.
Implicaciones para Tamiahua
Si Jorge Lara llegara a ganar la alcaldía, las consecuencias para Tamiahua serían devastadoras. Con la sombra de Ernesto Lara Ramos controlando los hilos tras bambalinas, el municipio corre el riesgo de sufrir una profundización de la corrupción y una perpetuación de las malas prácticas que ya han dañado gravemente sus finanzas. La infraestructura municipal, ya deteriorada por la falta de inversiones adecuadas, podría continuar en declive, mientras los recursos destinados a proyectos importantes serían desviados para intereses personales y de grupo.
Además, la instauración de un gobierno familiar podría bloquear cualquier intento futuro de auditar y sancionar a los responsables de los delitos cometidos durante la gestión actual. Esto no solo afectaría la transparencia y la rendición de cuentas, sino que pondría en peligro el desarrollo de la ciudad en los próximos años.
El futuro de Tamiahua en juego
La ciudadanía de Tamiahua enfrenta una decisión crítica en las elecciones de 2025. Permitir que la familia Lara continúe con el control del ayuntamiento podría significar la consolidación de un régimen que ha mostrado desprecio por la ley y la ética pública. Mientras tanto, la oposición y los sectores críticos del municipio deberán movilizarse para impedir que una nueva cara sea simplemente una continuación de los mismos vicios y abusos de poder.
En un escenario donde la política familiar busca perpetuarse a costa del bienestar de la ciudadanía, Tamiahua se juega mucho más que una simple elección: se juega su futuro.
En mi opinión, la candidatura de Jorge Lara bajo el sello de JITACIT no es más que una estrategia para consolidar el poder de Ernesto Lara Ramos y sus aliados, protegiendo las prácticas corruptas que han marcado la actual administración. Tamiahua está ante una encrucijada, y la próxima elección será crucial para decidir si el municipio sigue atrapado en un círculo de corrupción o si logra romper con el pasado y construir un futuro más transparente y próspero.