Rumbo al norte, con el remo firme y el corazón tuxpeño
Tuxpan vuelve a ponerse el chaleco de gala y a mirar de frente al horizonte. Este viernes, cuando el reloj marcó las siete con quince de la mañana, veintiséis jóvenes deportistas emprendieron el viaje que separa al río de casa con uno de los escenarios más exigentes del país: Monterrey, Nuevo León. Ahí, del doce al catorce del presente mes, la Selección Tuxpan de Canotaje tomará parte en la Copa Nuevo León dos mil veinticinco, último gran compromiso de carácter nacional y antesala directa de la Olimpiada Nacional dos mil veintiséis.
No es un paseo ni una excursión. Es un examen mayor. En esas aguas se dará cita la élite del canotaje mexicano, y cada palada será parte de la preparación final rumbo a la máxima justa juvenil del país. Tuxpan llega con lo mejor que tiene, con juventud, disciplina y una tradición que se ha ido forjando a golpe de esfuerzo silencioso.
HILDA GAS
Al frente del contingente viaja el LAE Manuel Cortina Martínez, presidente de la Asociación Estatal Veracruzana de Canotaje y entrenador de la Academia Municipal, acompañado del profesor Antonio Prianti Díaz, entrenador del Club de Canotaje Tuxpan A.C. Esta vez no hubo colores ni siglas: hubo unión. Ambos entrenadores juntaron talento, experiencia y carácter para armar una selección sólida, competitiva y con ambición legítima.
Entre las cartas fuertes que defenderán los colores tuxpeños destacan nombres que ya saben lo que es competir al más alto nivel: Diego Jacobo Escudero, Damián Velázquez Morales, Luis Peternell Licona, Catherine Aylin Prianti y Cristina Hernández González, jóvenes que cargan en los brazos no solo fuerza, sino también el orgullo de representar a su tierra.
El canotaje no hace ruido, no llena estadios, pero construye campeones. Y Tuxpan, fiel a su vocación deportiva, vuelve a decir presente en un escenario nacional.
Desde esta redacción, el deseo es claro y sincero: buen viaje, aguas limpias, remos firmes y que el nombre de Tuxpan vuelva a escucharse en lo más alto del podio. Porque cuando el esfuerzo es auténtico, los resultados siempre llegan.


