PEPITO Y EL HIMNO NACIONAL
El funcionario le dice a la maestra, que viene a observar el desarrollo de la clase y se sienta en un pupitre justo detrás de Pepito.
La docente les hace preguntas a todos los niños salvo, claro, a Pepito, conocedora de sus salidas extemporáneas. Pero el inspector le indica con señas que lo haga participar.
La maestra, algo nerviosa, le hace una pregunta casi a prueba de groserías y vulgaridades:
-A ver Pepito. ¿Recuerdas la clase de ayer en la que vimos la historia del Himno Nacional?
-Creo que me acuerdo, señorita.
-¿Te acuerdas de la primera frase de la primera estrofa?
– mmmmmmmm si señorita.
La maestra comienza a ponerse nerviosa, y mientras espera la respuesta juguetea con un lápiz, hasta que se le cae al piso. Al inclinarse a recogerlo, su parte trasera queda a consideración de la clase.
Cuando se reincorpora vuelve a preguntarle a Pepito si ya tiene una respuesta…
-Ya me acordé como empieza el himno señorita, es Así: ¡“Qué buen culo tienes, mamasita”!
La maestra, roja de ira y vergüenza, expulsa a Pepito del salón.
El niño, muy serio, recoge sus cuadernos y libros, y antes de salir, se da vuelta, encara al INSPECTOR y LE DICE:
-¡Viejo Pendejo! Si no sabes. ¿Para qué me soplas?