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MINUTOS DE SARCASMO

MINUTOS DE SARCASMO

Él: No sé por que usas sostén, si no tienes nada que poner en él.
Ella: Tú usas calzoncillos, no?

Él: Ahora que cumples 50 te voy a cambiar por dos de 25
Ella: Me parece muy bien, así ellas conversan , mientras tú te
quedas dormido

Él: ¿Me amas sólo porque mi padre me dejó una fortuna?
Ella: No, querido. Yo te amaría sin importar quien te la dejó.

Ella: ¿Cómo es que vienes a casa medio borracho?
Él: No es mi culpa; se me acabó el dinero

El: Cinco centímetros mas y sería un rey.
Ella: Cinco centímetros menos y serías una reina.

Escrito en la pared del baño de damas: – «Mi esposo me sigue a todas
partes»
– Debajo: «No es cierto, no lo hago»

Él: Salgamos a divertirnos esta noche.
Ella: Buena idea. El que llegue primero deja la luz de la entrada
encendida.

Él: ¿Ensayamos una posición diferente esta noche?
Ella: Buena idea; tu te paras al lado de la mesa de planchar y yo me
siento en el sofá a ver televisión.

Un matrimonio circulaba en su vehículo por la cordillera alpina sin
decirse ni una palabra debido a una pelea que acababan de tener, y
sin ninguna perspectiva de reconciliación.! Mientras pasaban por una
hacienda donde había varias mulas y cochinos, el esposo
sarcásticamente pregunto: – «¿Familiares tuyos?»
– «Sí… mis suegros»

Un matrimonio estaba conversando: – «Amor mío: ¿crees en el amor a
primera vista?»
«Lógico. Si te hubiera mirado dos veces no me habría casado contigo»

-«¿Sabes, querida? Cuando hablas me recuerdas al mar»
«¡Qué bonito! No sabía que te impresionara tanto…»
«No me impresionas… me mareas!»

Lealtad: El esposo estaba en estado de coma; salía y entraba de ese
estado por meses y, aún así, su mujer permanecía a su lado, todos
los días. Un día, que el despierta, le pide a su mujer que se
acerque y, con lagrimas en los ojos, le dice: He estado pensando y
¿Sabes que?, siempre has estado a mi lado en cada momento malo:
Cuando fui despedido del trabajo, estabas conmigo; Cuando mi negocio
quebró estuviste ahí; Cuando me balearon, estuviste a mi lado;
Cuando perdimos la casa, te quedaste aquí mismo; Cuando mi salud
empezó a decaer, estabas al pie de mi cama. ¿Sabes que?
¿Qué querido? -preguntaba ella sonriendo, a medida que su corazón se
llenaba de ternura.
-Me traes mala suerte- ¡¡¡Sácate a la chingada pinche vieja
salada!!!

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