Las encuestas no definen elecciones. Son, en el mejor de los casos, una fotografía parcial del momento político. La más reciente publicada por El Despertar de Veracruz muestra una clara ventaja para Daniel Cortina de Morena. Pero hay algo que no mide una encuesta: el impacto de las ideas cuando llegan a oídos del ciudadano. Y en eso, Juan Ramón Ganem Vargas aún tiene mucho por decir.
El exalcalde de Tuxpan y hoy candidato del PAN no ha estado en los reflectores como sus contrincantes, pero su experiencia en gestión pública y en el sector privado lo convierte en una de las cartas con mayor conocimiento técnico y operativo. Ayer, por ejemplo, tras una invitación de este medio, expuso una propuesta concreta para resolver uno de los problemas más graves que enfrenta Tuxpan: el desabasto de agua.
No es una promesa hueca. Ganem sabe que el colapso de la CAEV local comenzó cuando fue entregada a personajes sin experiencia como Jorge Alberto Vargas Chabelo, cuya única estrategia ha sido culpar al pasado mientras el presente se seca. Lo que Ganem plantea es un rediseño técnico y administrativo del sistema de agua potable, sustentado en gestión, tecnología y voluntad política. Y eso, en una ciudad que lleva más de ocho años entre tandeos e improvisaciones, es una propuesta que merece atención.
Pero no es lo único. Este viernes, el candidato panista pondrá sobre la mesa una solución vial para los puntos más congestionados de la ciudad. Quien ha conducido en horas pico en Tuxpan sabe que esta no es una exageración: es una necesidad urgente. Si alguien con experiencia en infraestructura y urbanismo, como Ganem, presenta un plan viable, vale la pena escucharlo.
Las campañas no se ganan con aplausos digitales ni con arengas partidistas. Se ganan en el contacto con la gente, en la presentación de propuestas que resuelvan problemas reales. La ciudadanía aún tiene tiempo para comparar trayectorias, revisar compromisos, cuestionar y decidir.
El 1 de junio no sólo se elige un partido, se elige una visión de ciudad. Y para eso, es imprescindible salir a votar.
Porque, como bien lo sabemos, las urnas no premian el silencio… premian la decisión.