¡Haz las cosas!
En lugar de protestar y quejarte por aquello que debes ser, simplemente encáralo y termínalo. Las dificultades que intentas evitar no provienen del esfuerzo requerido para hacerlo, sino de tu mala predisposición.
Hazlo. Hay montones de personas que darían cualquier cosa sólo por tener la oportunidad de hacer eso que tu no quieres.
Piénsalo. ¿Es realmente tan terrible tener que hacerlo? No, por supuesto que no. Poder sentirse útil es una bendición. Ser efectivo y productivo debería ser motivo de alegría.
Tienes una tarea especial por hacer. Eres responsable de marcar una diferencia y tienes la capacidad para hacerlo. ¿Qué más podrías pedir?
Piensa cuán satisfecho te sentirás una vez que el trabajo esté hecho. Entusiásmate con la oportunidad de diferenciarte, de hacer un aporte positivo.
Deja atrás tu mala predisposición, cambia tu actitud y la pesada carga se convertirá en bendición.
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