Guadalupe Rodríguez y su misoginia preelectoral
El tiempo avanza implacable y en el calendario se marcan fechas que deberían servir para la reflexión. Faltan poco más de un mes y días para el 8 de marzo, jornada en la que se conmemora la lucha de las mujeres por sus derechos y la erradicación de la violencia de género. Sin embargo, en Tamiahua, Veracruz, la alcaldesa Linda Guadalupe Rodríguez Torres ha decidido adelantarse con una muestra burda de misoginia y violencia política contra una de sus propias correligionarias.
En un arranque de intolerancia y prepotencia, Rodríguez Torres no encontró mejor forma de canalizar su frustración que arremeter con insultos vulgares contra una posible candidata a la presidencia municipal de su propio partido. El detonante de su ira no fue una traición política, ni un acto de corrupción, sino un simple “me encanta” en una publicación de Facebook. Sí, la furia de la alcaldesa estalló porque alguien de su equipo tuvo el atrevimiento de reaccionar positivamente a un post que ella consideró una amenaza a su hegemonía local.
FOTURA
Pero lo más grave no es el berrinche pueril, sino el contenido de su agresión. En un acto que encarna lo peor de la política rancia y machista, la alcaldesa llamó “putona” a su rival política, reduciéndola a un estereotipo denigrante y usando el género como un arma de ataque. Esto no es solo una ofensa personal, es violencia política de género, y está tipificada en la ley.
El artículo 20 Ter de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia lo deja claro: cualquier agresión basada en género que limite, anule o menoscabe los derechos políticos y electorales de una mujer es violencia política de género. A su vez, la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, así como los criterios del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, establecen sanciones para quienes incurran en este tipo de agresiones.
Si esto ocurre dentro de su propio partido, ¿qué se puede esperar de la alcaldesa hacia las mujeres que no coinciden con su visión política? Si esto hace con sus compañeras de militancia, ¿cómo ha tratado a las ciudadanas de Tamiahua en estos años de gestión?
La hipocresía de ciertos sectores políticos queda en evidencia cuando las consignas feministas solo se usan para el discurso de campaña, pero en los hechos se reproducen los mismos patrones de violencia, esta vez desde la propia voz de una mujer que ostenta el poder.
En vísperas del Día Internacional de la Mujer, es momento de señalar con firmeza que el tiempo de la impunidad política ha terminado. Rodríguez Torres no solo merece el repudio público, sino también una sanción ejemplar por ejercer violencia política de género desde el cargo que ocupa.
En mi opinión, quienes hoy callen ante este atropello serán cómplices del silencio que permite que la misoginia siga siendo parte del manual de guerra de la política mexicana.
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