El choque en el libramiento: una fracción de segundo y todo cambió
TUXPAN, VERACRUZ | El sol caía sobre el Libramiento Adolfo López Mateos cuando dos destinos se cruzaron en el peor momento. A las 18:10 horas, justo frente a Materiales Libramiento, un error de cálculo convirtió una tranquila tarde en una escena de metal torcido y cristales esparcidos por el asfalto.
Timoteo «C», de 52 años, llevaba su camión Freightliner tipo volteo, modelo 2009, como si la carretera le perteneciera. Se movió hacia su izquierda sin más, sin mirar, sin ceder el paso. En ese mismo instante, Jorge «H», un hombre de 34 años, avanzaba en su Dodge RAM azul, modelo 1993, con las placas XP1972A del estado. No tuvo oportunidad de reaccionar.
WENDY
El impacto fue brutal. La parte del copiloto de la RAM quedó completamente destrozada. Un golpe más fuerte, un ángulo distinto, y estaríamos contando otra historia. Pero la suerte, caprichosa y burlona, decidió que esta vez no habría heridos, solo el eco del crujido del metal y la pesadez del «pudo haber sido peor».
El tráfico se detuvo. Miradas curiosas se asomaban tras los parabrisas, algunos con morbo, otros con alivio de no ser ellos los protagonistas. Tránsito y Vialidad llegó con su libreta de infracciones y su cara de «otro día, otro choque». Grúas Tuxpam S.A. de C.V. hizo su parte, revolcando la maltrecha RAM hasta el corralón, como un boxeador noqueado que no volverá al ring.
En esta ciudad, todo puede cambiar en un segundo. Un giro mal hecho, un descuido, y de pronto te encuentras en medio del caos, preguntándote cómo demonios pasó. Esta vez no hubo sangre, no hubo lágrimas. Solo un recordatorio de que en las calles, como en la vida, no hay margen para los errores.
Restaurante 303