El Atracadero regresará a Tuxpan: el histórico restaurante flotante será reconstruido tras encallar en Coatzacoalcos
Por Antonio Arango / ForoTuxpan
Tuxpan Veracruz – 16 de octubre de 2025
Después de una travesía de más o menos 500 kilómetros por mar, el histórico restaurante flotante El Atracadero, orgullo del puerto de Tuxpan, la semana pasada fue finalmente localizado y asegurado en la playa El Tesoro, en Coatzacoalcos, Veracruz -como ya saben-. La estructura principal del inmueble, que se desprendió del muelle tuxpeño la noche del 10 de octubre aproximadamente a las 7:40 de la noche, durante la inundación provocada por el desbordamiento del Río Tuxpan, encalló de manera natural sobre la costa sureña, sin hundirse por completo.
Trámites y rescate oficial
El propietario del inmueble, el ingeniero Hugo Bastan, confirmó que ya se realizan los trámites ante las autoridades competentes para autorizar el desguace y traslado terrestre del restaurante. Una vez completados los trabajos de desmontaje y aseguramiento, El Atracadero será colocado en un tráiler especial para su retorno a Tuxpan, donde se prevé su reconstrucción total en una nueva ubicación aún por definirse.
“El Atracadero regresará a su puerto. Vamos a reconstruirlo con calma, respetando su historia y su valor sentimental”, declaró el propietario al confirmar la noticia.
De la corriente al regreso
Desde su desprendimiento el pasado 10 de octubre, El Atracadero fue visto en distintas zonas del Golfo. Primero, una de sus secciones menores fue remolcada al puerto de Alvarado, y días después, la estructura principal fue fotografiada frente a los arrecifes de Tatahuicapan, hasta finalmente encallar en Coatzacoalcos, donde permanece estable y bajo resguardo.
Un regreso cargado de memoria
El Atracadero fue inaugurado en 2008 como restaurante y bar flotante sobre el Río Tuxpan. Durante años fue escenario de reuniones, celebraciones y eventos culturales, ganándose un lugar en la memoria de toda la región norte del estado. Su inesperado viaje por el Golfo, y ahora su regreso, lo convierten en símbolo de resistencia y arraigo tuxpeño.