Choque entre taxis: el mismo cuento de siempre
Tuxpan, Veracruz | Otra vez, como si el destino se riera en la cara de los vivos. La mañana de este sábado, dos taxis se encontraron de la peor manera en la Avenida Cuauhtémoc, justo donde Constitución y Héroes del 47 se cruzan como venas cansadas en el corazón de La Ribera. Eran las 08:30, el sol apenas desperezándose, cuando el asunto se puso feo.
El taxi #127, un Nissan Tsuru del 2012, con placas A975XCJ, traqueteaba bajo las manos de Ramón «M», un hombre de 65 años con el peso de la vida colgándole de los hombros. Vecino de la Luis Donaldo Colosio. Hizo un giro, un retorno torpe, sin mirar bien el mundo que lo rodeaba, y zas, se estampó contra el #1537, otro Tsuru, este del 2014, placas A824XGJ. Al volante iba Ismael «C», 40 años, vecino de la Rafael Murillo Vidal con más camino por delante que atrás.
Mariachi Santa Cecilia
No hubo sangre, no hubo gritos, solo metal retorcido y el eco de un silencio que ya pesa demasiado en esta ciudad. Nadie salió herido, pero el golpe resonó como un tambor en la larga lista de desastres que Tuxpan lleva tatuada en la piel. Desde el 12 de febrero del año pasado, cuando decidimos empezar a contar, van 175 choques de taxis. Y eso es solo la cuenta que llevámos nosotros. Algunos días, la cosa se pone tan loca que hasta tres de estos cacharros terminan besándose en un mismo enredo. Y otros que se arreglan rapidito para no verse reflejados en esa misera lista.
Las calles aquí tienen su propio ritmo, un blues de llantas gastadas y prisas baratas. Los de tránsito llegaron, tomaron notas, señalaron con el dedo. Que si fue Ramón, que si fue Ismael. Pero al final, ¿qué importa? Los taxistas seguirán manejando como si la muerte fuera solo un rumor, y los pasajeros seguirán subiendo, con el alma en la garganta, porque así es la vida en Tuxpan: un juego de dados donde nadie gana, pero todos siguen tirando.
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