Choca Jocsan Boussart contra un árbol el domingo
Choca Jocsan Boussart contra un árbol el domingo
Tuxpan, Veracruz | El rugido de la noche se vio interrumpido por el chirrido metálico de la desgracia. A eso de las 23:00 horas del domingo, la tranquila carretera hacia la Termoeléctrica-Barra Galindo se convirtió en escenario de un baile macabro entre un vehículo y un objeto inamovible. El protagonista de esta tenebrosa danza: un Chrysler de tono gris, modelo 2016, con placas YA6484A del estado de Veracruz.
El conductor, Jocsan Boussart Quizaman, 46 años de edad, vecino del Fraccionamiento Jardines de Tuxpan, fue el director involuntario de esta tragedia. Según los informes de las autoridades, Boussart perdió el control del volante en algún punto del oscuro trayecto, y su destino se vio inexorablemente guiado hacia la derecha, donde un gigante de madera, un robusto árbol de pino, esperaba impertérrito.
SIMEC Technologies
El resultado fue inevitable: metal retorcido, vidrios hechos añicos, y un conductor herido. Jocsan, en un acto de valentía o desesperación, se encargó de su propio traslado hacia la atención médica, llevando consigo las secuelas físicas de su encuentro con la madera.
El misterio envuelve ahora los detalles de este trágico evento. ¿Qué llevó al Sr. Jocsan a perder el control? ¿Fue la oscuridad de la noche, la imprudencia al volante o acaso algo más siniestro acechaba en las sombras? Las autoridades, con su lupa de investigación, escudriñan cada pista, cada indicio, en un esfuerzo por iluminar los rincones más oscuros de esta historia.
Mientras tanto, en las calles de Tuxpan, se respira un aire de cautela. Los conductores, al igual que marineros en aguas turbulentas, redoblan la atención, conscientes de los peligros que acechan en cada curva, en cada tramo de carretera. En esta tierra de contrastes, donde la belleza natural se mezcla con la crudeza de la realidad, la prudencia se convierte en el mejor compañero de viaje.
Y así, en medio de la noche, entre el rumor de las hojas y el lamento de los motores, la historia de un hombre, un árbol y una carretera, se inscribe en la crónica de Tuxpan, un capítulo más en el eterno relato de la vida y la muerte en el camino.
SIMAS FARMACIA