Accidente de tránsito enluta una familia: Un motociclista muerto.
El día de hoy un accidente automovilístico entre dos personas, una mujer de nombre Areli Maya Ramiro, de 41 años de edad, manejando una camioneta Dodge Journey de modelo reciente y un repartidor de tortillas de nombre Eduardo Daniel Reyes Pérez, de 22 años de edad protagonizaron un trágico acontecer para una familia tuxpeña.
Daniel, llevaba el sustento a su hogar haciendo una actividad relativamente peligrosa a bordo de su motocicleta Kurazai todos los días. Repartía tortillas en la comunidad de Banderas y colonias circunvecinas.
A eso de las 3:30 de la tarde circulaba hacía el centro sobre avenida de las Américas cuando le cerró el paso la Journey. Ante el inminente choque Daniel murió al instante al estrellarse contra la Journey y posteriormente la pared lateral de la avenida.
Al accidente arribaron varias autoridades. Incluso la cruz Roja, que se retiró al no tener sentido su presencia. Poco después llegaron los CSI tuxpeños a investigar con sus métodos forenses como sucedió el accidente. Mientras esto sucedía, familiares de Daniel, o Dany (como le decían sus amigos) iban llegando a la escena del accidente. Gritaron. Lloraron. Al final del día la muerte de su familiar dolió como suelen doler estas pérdidas.
EL TRAUMA DE SER RESPONSABLE DE UNA MUERTE DURA TODA LA VIDA. Y sin embargo, detrás de este homicidio imprudencial cometido por Areli, quién terminó en el Centro Médico Tuxpan en estado de shock (custodiada), también está la responsabilidad de Daniel, quién muere por la tercer causa de muerte en México: Traumatismo craneoencefalico por no portar casco.
El exceso de velocidad, la imprudencia de no portar el equipo de seguridad requerido para manejar una motocicleta y la falta de pericia de Areli fueron las causas de que hoy, los familiares de Dany tuvieran que recoger su cuerpo en el SEMEFO de esta ciudad, a pocos metros de donde aconteció esta terrible desgracia.
En la ciudad, asociaciones como los Motoconejos seguido hacen campañas para que los compañeros motociclistas utilicen el casco. Las autoridades deberían de terminar con esa práctica de inconsciencia de los motociclistas multando a los que no porten este dispositivo de seguridad. Tal vez gracias al casco, Dany solo estuviera policontundido, pero no muerto.
Que en paz descanse Dany. Y que sirva de ejemplo para todos los motociclistas que no utilizan casco al manejar sus unidades motoras. ¡Quiéranse! ¡Cuídense! ¡Protéjanse!