Tuxpan, Ver.- Eran apenas las 2:36 de la mañana de hoy cuando el telefono de la Redacción sonó y una mujer reportó al medio un tremendo choque en la calle Juan A. Mateos casi esquina con la avenida Cuauhtémoc en la colonia Ruiz Cortines.

La persona que llamó manifestó que un joven estaba atorado -prensado- en la camioneta y que no llegaba la ambulancia. Resulta que a esa hora de la madrugada no hubo servicio de ambulancias: Los de Cruz Roja no tenían gasolina. Los de SUMA del ayuntamiento no trabajan en la noche -hay informes de que la ambulancia la usan hasta para ir por Pizzas- Los de Cruz Ámbar no contestaron el teléfono, y los del servicio CAMD se encontraban en Tamiahua haciendo un servicio.

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Carlos Alberto Hernández Montiel de 24 años de edad, procedente de la Colonia Primavera en la vecina ciudad de Poza Rica, en estado de ebriedad conducía una camioneta FORD LOBO 4X4. Primero chocó contra un automovil Chevrolet W2C que estaba estacionado en la calle Francisco Murgia -a dos calles de la Juan A. Mateos– sin que el propietario se diera cuenta de lo sucedido.

Al tratar de huir de ese choque, dio la vuelta en la calle Juan Soto Lara en donde volvió a chocar, esta vez contra la barda de una casa que se encuentra en la esquina, destruyéndola. Por su puesto que su camioneta -aunque nació fuerte- también se llevo lo suyo: Todo el frente, el cofre y el parabrisas se le destruyeron. También huyó de ese accidente.

Para su mala suerte el parabrisas no se cayó, si no que solo se estrelló completamente y no le permitía alguna visibilidad. Eso, su mala suerte, la alta velocidad con la que huía de este segundo choque  y su estado de ebriedad hicieron que se subiera a la banqueta en la calle de Juan A. Mateos estrellando -otra vez- la pesada unidad contra el muro del #7 de esta calle.

Este muro, quizá mejor construido destruyó la parte izquierda de la camioneta. Tras el duro golpe la unidad perdió una llanta y obviamente Carlos Alberto quedó herido.

Finalmente fue trasladado no a un hospital, si no a Barandilla en la comandancia de la Policía Municipal por los polimarinos, quienes tuvieron que soportar incluso que este sujeto orinara enfrente de ellos.