UNA BREVE HISTORIA PARA EL QUE LA QUIERA LEER
Tengo la suerte de pertenecer a una familia muy unida, no tan grande (12 personas entre hermanos, tíos, etc)… todos somos adultos a excepción de Isabel que es una linda niña de 4 años, bastante precoz (me atrevo a decir que como la mayoría de los niños de este siglo). A pesar de que todos trabajamos (tenemos la suerte de tener ingresos decentes) y ella es la única niña en la familia, Isa no tiene un Nintendo WII, ni mp4, ni una colección de barbies; tiene en cambio muchas muñecas de trapo hechas por la hija de la vecina que, a pesar de tener un pequeño retraso, (no sé si llamarlo Down porque ella es bastante parecida a mí y no le noto necesidades especiales) tiene una habilidad infinita para las manualidades y con eso cubre sus gastos y muchos de los de su mamá; Isa tiene también un caballo de madera que le hizo su abuelo que era carpintero, los juguetes de plástico u otros que tiene es porque se los han regalado, pero las muñecas con las que juega son sus muñecas de trapo hechas por Paula, nunca ha necesitado una cajita feliz, juega con perinola (un juguete tradicionalmente de madera, que consiste en un cilindro con un agujero en el centro unido por un cordón a un palo en el que debe ser insertado), no tiene ropa de marca, pero tiene ropa muy bonita hecha por Ramona que es costurera y amiga de la familia desde hace muchos años, sin embargo Isabel es una niña feliz… ¿que cómo sé que es feliz? ¡Por sus sueños!
En las noches después de la cena y de rogarle durante al menos una hora que se lave los dientes, invariablemente se queda dormida con Susana y Beto en el sofá de la sala (Susana es su muñeca más antigua y Beto el perro de la casa), como ya les he dicho que es una consentida pues somos un poco permisivos así que la dejamos dormirse en el sofá, pero cuando vamos a llevarla a su cama, muchas veces la sorprendemos riéndose en sueños… Nunca ha tenido pesadillas, es una niña sana, sin complejos, se ríe todo el tiempo, pregunta muchísimo, disfruta el colegio y su familia, por eso se que es feliz.
A Isabel podríamos comprarle todos los últimos juguetes hechos por niños chinos en condiciones infrahumanas pero no lo hacemos, esa es nuestra pequeña contribución para que esto pare, Uds. dirán que porque nosotros dejemos de comprar una cajita feliz de McDonald’s eso no mejora en nada, pero quizá alguno entienda el mensaje, es importante que se escriban artículos como el presentado aquí, pero también es importante que cada persona haga lo que pueda para intentar mejorarlo, en mi familia hemos aprendido a hacerlo y se siente una gran satisfacción, compramos menos «hecho en China» y más «hecho en Mexico» vivimos más de la alegría de estar sanos y juntos que del logotipo en una camisa, si mucha gente, en cada oportunidad que tenga, hace algo pensando en los demás el mundo algún día será un lugar digno de vivirse, ese es mi sueño, espero sea el de mucha gente.
¡Viva la gente!