Volver de Japón también es ganar: el ejemplo de Emiliano y la robótica mexicana
Tuxpan / Poza Rica, Ver. — Ya está de regreso en México Emiliano Montiel Cáceres, orgullosamente tuxpeño e integrante del equipo de robótica del Instituto Tecnológico Superior de Poza Rica, tras su participación en una competencia internacional celebrada en Japón, considerada una de las más exigentes del mundo en el ámbito de la robótica.
En esta ocasión, ninguno de los siete representantes mexicanos obtuvo podio, un resultado que contrasta con un año extraordinario para el equipo del ITSPR, que arrasó en competencias nacionales, triunfó en Latinoamérica y conquistó escenarios europeos, incluyendo Rumanía.
Sin embargo, Japón fue distinto. Y no por falta de talento.
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La derrota que enseña más que el aplauso
Competir en Japón significa medirse con potencias tecnológicas históricas, con presupuestos, infraestructura y tradición que superan por mucho las condiciones con las que compiten los estudiantes mexicanos. Aun así, ellos fueron, y lo hicieron con recursos propios, costeando viajes, inscripciones, robots y preparación, torneo tras torneo, durante todo el año.
Ese dato —silencioso pero contundente— dice más que cualquier medalla.
El silencio que no debería existir
Llama la atención que, pese a la trayectoria impecable del equipo durante el año, ni el propio Tecnológico de Poza Rica ni instancias nacionales dedicaron una nota de reconocimiento tras su regreso de Japón. Como si solo el triunfo mereciera ser contado.
Pero el esfuerzo no desaparece por no haber ganado.
La disciplina no se borra.
La valentía de competir lejos de casa tampoco.
Y la experiencia adquirida en Japón vale oro para los triunfos que vendrán.
A ustedes, jóvenes: gracias
Esta nota no es para maquillar una derrota, sino para decir lo que muchos piensan y pocos escriben:
Gracias por intentarlo.
Gracias por representarnos.
Gracias por demostrar que el talento mexicano llega hasta donde se lo propone, incluso sin reflectores, incluso sin apoyos, incluso cuando no hay aplauso institucional.
Porque quien compite al más alto nivel y vuelve con aprendizaje, vuelve más fuerte.
Japón no fue el final del camino.
Fue una lección.
Y las lecciones, cuando hay carácter, se convierten en futuros campeonatos.
Desde Tuxpan y Poza Rica, el reconocimiento es claro:
Sigan adelante. Aquí sí sabemos que volverán a ganar.


