Le dan 20 años a La Asesina de la Antorchista
TUXPAN, VERACRUZ | La calle Mangos, en la colonia Las Palmas, guarda un silencio que sólo interrumpen las sombras de los árboles al balancearse en la brisa nocturna. Pero hace poco más de dos años, esa calle fue testigo de un acto que tiñó su nombre de rojo y dejó preguntas que aún persisten en los rincones más oscuros de la ciudad. Fue allí donde encontraron el cuerpo de Elías Hernández Torres, inerte sobre la banqueta, con la lluvia lavando la evidencia y enfriando lo que quedaba de su humanidad.
María del Carmen N., vecina de la colonia Antorchista, se convirtió en la protagonista de esta tragedia. Una mujer cuyo nombre, hasta entonces, no significaba mucho más que el de una residente más de la periferia. Hoy, ese nombre está grabado en las páginas del juicio oral 54/2023, junto a una sentencia que la mantendrá 20 años tras las rejas.
La Fiscalía Regional de Tuxpan, en un comunicado escueto pero contundente, confirmó su victoria en el caso: homicidio doloso calificado. Una pelea, un impulso y un arma improvisada —una varilla que encontró su camino al corazón de Elías— sellaron su destino y el de María del Carmen. Esa noche, mientras bebían dentro de un automóvil estacionado cerca de la casa del hombre que ahora yace bajo tierra, algo quebró la tenue línea entre la pasión y la violencia. Las discusiones, se dice, fueron un preludio al grito final.
CLIMAS LEÓN
La Policía Ministerial no tardó en seguir las pistas, entre interrogatorios y huellas que la lluvia no pudo borrar. La orden de aprehensión llegó rápido, y con ella, la caída de una mujer cuya historia parece arrancada de una novela negra, pero cuyo final es dolorosamente real.
El juez, con la certeza que da la evidencia, no sólo dictó la sentencia, sino que impuso la suspensión de sus derechos civiles y políticos, además de un pago por la reparación del daño. Para María del Carmen, los días por venir no traerán ni la libertad ni el perdón. Para Tuxpan, queda el eco de una tragedia que se desliza entre la humedad y el calor de sus noches.
Bajo la luz tenue de una farola, alguien podría preguntarse: ¿Fue María del Carmen una víctima de las circunstancias, o simplemente el reflejo de una rabia contenida que encontró su salida en la peor de las formas? Tal vez las respuestas no importen ya. En la cárcel, los días son largos, y las noches aún más.
Jhanny Velázquez Make Up Artist