Pizzas Mama Mia

Pizzas Mama Mia, El auténtico sabor italiano. Servicio a Domicilio en Poza Rica, Coatzintla y Tuxpan, Veracruz.

HILDA GAS

¡Si necesitas GAS solamente llama al (783)112.8045 y te damos el servicio!

Royal Garden Hotel

Maples Arce 170 La Calzada, Tuxpan, Veracruz – 66 habitaciones de primera clase, alberca y otros servicios.

Centro Médico Tuxpam

¡Su salud es nuestra prioridad! No dude en contactarnos para programar una consulta o conocer más sobre nuestros servicios.

Grúas Tuxpam

Carretera México-Tuxpan KM 346 Santiago de la Peña, Tuxpan, Ver. -834.2090 – 834.0353 y 834.2151

Gasolinera Libramiento Portuario

Ubicada estratégicamente en el kilómetro 4+300 del Libramiento Portuario en Tuxpan, Veracruz, la Gasolinera Libramiento Portuario es tu destino confiable para obtener combustible y servicios de alta calidad.

Tuxpan, Veracruz, esta joya del Golfo de México, se está ahogando en un mar de chatarra. No hablo de basura común, sino de autos abandonados que, como fantasmas oxidados, pueblan las calles de este municipio. Uno camina por sus avenidas y colonias y se topa con ellos: cascarones metálicos que alguna vez fueron vehículos, hoy relegados al olvido por propietarios que, tal vez, no tienen los recursos para darles nueva vida. Es una hipótesis comprensible, pero no por ello menos irritante para quienes vivimos o transitamos este rincón veracruzano.

El malestar crece conforme uno se adentra en las entrañas de las colonias. No es solo una cuestión estética —que ya de por sí es grave—, sino un problema que se multiplica como eco en las redes sociales. Basta con que alguien suba una foto a Chisme Tuxpeño o deje un mensaje en el buzón de Forotuxpan para que el descontento estalle. Es una bola de nieve que rueda cuesta abajo: un reporte en la colonia Santiago de la Peña desata otro en La Rivera, y luego en Puerto Pesquero, y así… Todos señalan lo mismo: autos que estorban, que afean, que incomodan.

La solución no debería ser un misterio. El ayuntamiento bien podría organizar una «descacharrización» —permítanme el término— para limpiar Tuxpan de estos cadáveres automotrices. Un exhorto claro a los dueños sería un buen comienzo: repárenlos, recójanlos o véndanlos. No es mucho pedir. Queremos un municipio limpio, funcional, digno de su historia y su gente. Pero la autoridad, como tantas veces, parece mirar para otro lado.

El riesgo que acecha

Estos autos no son solo un estorbo visual. Son un peligro. Imaginen a un niño jugando cerca de uno de estos armatostes, con vidrios rotos o piezas sueltas que podrían herirlo. O piensen en el agua estancada que acumulan tras cada lluvia, un banquete para los mosquitos que traen dengue o zika. En temporada de tormentas, obstruyen el drenaje y convierten calles en ríos. Y no hablemos de los usos menos nobles: refugio de alimañas o escondite de quienes buscan delinquir. El transeúnte, el ciudadano de a pie, paga el precio de esta negligencia.

La ley que ignoramos

No es solo una cuestión de buenos modales; hay ley de por medio. El Reglamento de Tránsito de Veracruz, en su Artículo 139, prohíbe abandonar vehículos en la vía pública. Punto. Obstruyen el paso, y eso tiene consecuencias. Si el riesgo a la salud o al entorno se agrava, el Código Penal estatal, en su Artículo 242, podría entrar en juego. Las multas y el retiro forzoso son herramientas que el municipio tiene en la mano, pero que rara vez usa. ¿Falta de voluntad o de visión? Juzgue usted.

En mi opinión, Tuxpan no merece ser un cementerio de autos. Merece calles vivas, seguras, limpias. La pelota está en la cancha del ayuntamiento, pero también en la de los ciudadanos. Porque, al final, la ciudad es un reflejo de quienes la habitamos. ¿Seguiremos mirando al suelo, o alzaremos la vista para exigir lo que nos corresponde?

Facebook Comments Box