Ratero atemoriza a vecinos de la Quintana Roo
¡YA FALTA POCO PARA QUE SE VAYA CHABELO DE CAEV!
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Eran escasas 7:30 de la mañana cuando un vecino de la calle Quintana Roo salío a dejar a su hija a la escuela.
En la oscuridad que el otoño le da a esa hora de la mañana, notaron que una caja de madera estaba abandonada en lo que debería de ser la banqueta de esta transitada avenida que comunica a la Avenida de las Américas con las colonias Cabo Alto, Cabo Rojo y Campo Real.
Por supuesto que después de la ola de incidentes que tuvimos en Septiembre/Octubre en donde aparecieron hasta un par de manos cercenadas en el bulevard, pensaron lo peor, por lo que este incidente fue reportado a la Secretaría de Marina.
«Pensamos que dentro de la caja habría una cabeza humana. Pensamos lo peor» afirmó uno de los vecinos.
Eran las 8 de la mañana cuando llegaron los marinos y colocaron las cintas de seguridad, mientras pedian refuerzos. Los vecinos de estas colonias comenzaron a reportar a los medios de comunicación el incidente.
Aproximadamente a las 9:30 de la mañana llegaron más elementos de la marina, pero ahora acompañados de uno de los perros que tienen entrenados para detectar drogas y/o de búsqueda y rescate, mismos que utilizaron para saber si dentro de la caja de madera se encontraba algún indicio de delito.
Al no reaccionar el canino ante la caja de madera, procedieron a abrirla.
Se trataba de una Nevera.
La caja tenía la leyenda «Familia Hernández Bautista» en la tapa. Descubrieron los marinos que se trataba de una Nevera. Un artefacto hechizo, del tipo artesanía que realizan los presos del CERESO Tuxpan. Dentro de esta caja se encontraba un unisel de tipo OXXO, y un auto-estéreo que se vislumbraba inservible. Los marinos se replegaron y se fueron a otras tareas más importantes.
Una de las teorías de lo sucedido, es que el Ratero que sacó esta nevera junto con el auto-estéreo de un domicilio, la abandonó en este lugar al vislumbrar las torretas de luz de alguna de las patrullas que vigilan la zona, por el poco valor que representaba no valía la pena arriesgarse a ir al menos a barandilla.