Prostitución Forzada: ¡NI TUXPAN SE SALVA!
¡YA FALTA POCO PARA QUE SE VAYA CHABELO DE CAEV!
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Con los ojos llorosos, esta mujer (que llamaremos OFELIA para ocultar su identidad) pretende comenzar una nueva vida, ya sin abusos. El novio de la pre-adolescencia le robó su juventud y la prostituyó.
Una joven vecina de Alto Lucero nos cuenta todas las desgracias que le ocurrieron cuando, de tan solo 13 años de edad, fue raptada por su novio para prostituirla.
Obligada a tener relaciones sexuales con más de 30 mil hombres, omitimos sus generales por razones obvias. Todo comenzó cuando se hizo novia de un mayor de edad, que resultó ser un padrote que la secuestró y la llevó a Puebla para venderla con mínimo 25 hombres diarios para tener sexo.
Hoy, la mujer tiene ya 23 años y en el trayecto de su historia fue obligada a abortar en 3 ocasiones y cría un hijo, engendrado por alguno de sus clientes.
Ofelia “X” apenas estaba entrando a la adolescencia cuando la enamoró su padrote de alrededor de 21 años quien la sacó de su casa prometiéndole dar una mejor vida que en la familia disfuncional con la que habitaba. Este hombre comenzó a observar sus movimientos y poco a poco fue acercándose, abordándola en la calle. De él prefiere recordar como se desvivía en elogios, flores, dulces… La promesa de matrimonio y por supuesto, cómo iba a mejorar su vida ya estando juntos, lejos del puerto para que no estorbaran ni sus padres y mucho menos los dos hermanos celosos.
En las fantasías de la niña, Ofelia pensaba: “¡Wow! ¡Que vida me va a dar!”, sin embargo diez años se han ido y ahora prefiere dar su testimonio a este medio para que los padres que logren leer este artículo hablen con sus hijas más niñas y que se enteren del peligro que corren cuando se ilusionan con este tipo de hombres.
Cuando la sacó de su casa, inmediatamente comenzó a prostituirla en Puebla y en Tlaxcala, algunos meses la llevaba a Santa Martha Acatitla de donde intermitentemente la trasladaba al centro histórico de Angelópolis, y en ocasiones a la famosa calle de la Soledad en el centro de la ciudad de México.
A partir de entonces tuvo que prostituirse bajo la amenaza de que su familia moriría, mínimo le tocaban 25 hombres por día. Por cada servicio el padrote cobraba 100 pesos, a veces menos, de lo cual ella nunca vio un quinto.
Los padrotes no tienen piedad de las niñas que prácticamente secuestran, una vez trasladadas a las casas donde las prostituyen no desperdician un solo día.
La pregunta obvia y la única que expondremos es la siguiente:
Ofelia, ¿Cómo es que lograste escapar? La respuesta fue contundente: un día después de tantos años uno de los centinelas que la tenían se metió con ella, para esto agarró la fiesta con tequila. Ofelia comenzó a ir seguido al baño a vomitar el alcohol, a tal grado que el centinela se emborrachó y al dormirse le dio la oportunidad de quitarle dinero (dos mil y feria), y luego escaparse del hotel donde la tenían. Confesó que nunca había tenido una oportunidad, siempre en los diez años habían sido sus captores muy cautelosos y muy disciplinados a la hora de manejar a las muchachas.
“Éramos siempre entre 12 y 15 muchachas a las que nos obligaban a tener relaciones sexuales con hombres o mujeres de cualquier edad. Quisiera que esto que me pasó se sepa en la red, que ahora tiene tanto auge para que todos los padres hablen con sus hijas cuando comiencen la pubertad y no les pase esta desgracia como a mí” Finalizó llorando.
SI CONOCES UN CASO DE TRATA ¡DENUNCIA!
Existen instituciones públicas que se especializan en tratar este tipo de delitos, si estás o conoces a alguien que esté o pueda estar en peligro, ¡DENUNCIA! Da click en el enlace para llamar a la Línea de la Comisión «Unidos contra la Trata»