Tuxpan, Ver.- Identifican a un alma errante en las aguas turbulentas del río Tuxpan. Las autoridades ministeriales han logrado desentrañar el misterio que envuelve el cuerpo sin vida hallado en las profundidades de ese caudaloso río. La figura sin vida, carente de heridas que apunten a una muerte violenta, ha sido identificada como la de José Luis Santiago Arenas, también conocido como «El Vegueta». Residente de la colonia Cenecista en esta localidad, este individuo de 39 años fue arrastrado por las corrientes inmisericordes de la vida.

Pizzas Mama Mia

El solitario José Luis, víctima del desempleo y en busca de unos cuantos pesos para aliviar las penurias del día a día, se dedicaba a ayudar a los comerciantes en los tianguis de la zona. Pero sufría también de una sed inextinguible, un amor ardiente por las bebidas embriagantes que no le permitía permanecer en tierra firme por mucho tiempo.

Fue así como su cuerpo sin vida emergió en las aguas del río Tuxpan, en la confluencia del bulevar Independencia con la calle Xicoténcatl, en pleno corazón de la colonia Centro. Desde el domingo pasado, transeúntes atestiguaron el trágico espectáculo de su cadáver flotante cerca del antiguo muelle fiscal. Pero el inescrutable río, celoso de su presa, jugó con aquellos que se atrevieron a acercarse, sumergiendo al desafortunado en sus oscuros abismos una vez más.

Los hombres de ley, con su astucia policial, aseguraron que el cuerpo carecía de señales de violencia, eliminando así cualquier sospecha de un fin trágico y brutal. No obstante, la Unidad Integral de Procuración de Justicia se encuentra enfrascada en la incansable búsqueda de respuestas, recorriendo los sinuosos senderos de esta enigmática muerte.

José Luis Santiago Arenas, alias «El Vegueta», ha abandonado este mundo en las aguas inquietas del río Tuxpan. Ahora, su nombre se suma a la lista de aquellos que encontraron un destino inclemente en los recovecos de la existencia. Que su alma encuentre la paz que le fue negada en vida y que la verdad de su partida finalmente se revele, para cerrar el círculo de interrogantes que lo rodea.