Mató y Violó en la México Lindo en 2018: Le dieron 73 años de cárcel
Tuxpan, Veracruz | En un rincón olvidado de la colonia México Lindo, entre la maleza y la oscuridad de un predio baldío, la madrugada del 11 de enero de 2018 se teñía de rojo con la sangre de un joven valiente.
La niebla de la madrugada apenas podía ocultar el horror de un jueves sangriento cuando el joven se enfrentó a la peor de las pesadillas para defender a su hermana de un grupo de sujetos despreciables. El resultado, un cuerpo sin vida y una comunidad sumida en el miedo.
Tuxpan Discovery
La llegada de las autoridades fue rápida, pero no suficiente. Policías y efectivos del ejército acordonaron la escena del crimen, un despliegue imponente que no sirvió para evitar la tragedia que se había consumado en la penumbra.
Los peritos forenses hicieron su trabajo, y el cuerpo fue llevado al SEMEFO. Sin embargo, una pregunta ardía en la mente de los vecinos: ¿Dónde estaba esta fuerza cuando el joven y su hermana necesitaban ayuda desesperadamente?
Esa noche, mientras los principales comandantes de seguridad, empresarios de la CANACO, el alcalde y el gobernador discutían sobre la seguridad en una reunión a puertas cerradas, el verdadero infierno se desataba en México Lindo. La justicia, como siempre, llegaba tarde para aquellos que más la necesitaban.
En medio de este panorama desolador, la Fiscalía General del Estado el día de ayer emitió un comunicado que intenta traer un rayo de justicia en la oscuridad: Miguel “N” fue sentenciado a 73 años de prisión por pederastia agravada y homicidio doloso calificado. La sentencia de 27 años por el primer delito y 46 años por el segundo parecen poco consuelo para una familia rota y una comunidad aterrorizada.
El comunicado detalla cómo, aquel fatídico 11 de enero de 2018, el condenado interceptó a las víctimas, un menor de edad y su hermano, con un arma blanca y de fuego, llevándolos a un monte donde sus vidas cambiarían para siempre. Este fallo en el Juicio Oral 30/2022 trae un poco de cierre, pero no borra el dolor ni la indignación.
En las periferias, donde la iluminación municipal es aún un sueño lejano, la violencia acecha y la justicia parece siempre estar un paso detrás.
El Nuevo Veracruzano
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