¡LIBERA UN LIBRO!
En un artículo publicado en la Revista R & R (Rock and Roll, para los más entendidos) que circula en la Ciudad de México, Iván Nieblas propone una idea muy buena. Esta idea se llama: ¡Libera un Libro!.
Textualmente Iván Dice:
“Se dice que en México la gente no lee. Según datos de la UNESCO el promedio de lectura en el 2005 en el país era de 1.2 libros al año por persona. Pocos saben quién es Milan Kundera, Oscar Wilde, Franz Kafka, Julio Cortázar, Carlos Fuentes o Shakespeare”.
¡PERO CLARO QUE SOMOS UN GRAN PAIS DE LECTORES!
La Revista TV Notas tiene un tiraje de 780 mil revistas ¡a la semana! Su Devolución (o sea, los ejemplares que no se venden) oscila entre el tres y el ocho por ciento. Y cada una de esas revistas es leída por, al menos, 4 personas más. Esto nos da un total de 3 Millones de Personas que semanalmente leen sobre el divorcio de Bobby y Niurka o como Tatiana fue madrina de 15 años de una niña autista y ni que decir de los interesantes datos de cómo se graba la telenovela “Betty la Fea!”.
Igualmente Comics como El Libro Vaquero y los “Sensacionales” en cualquiera de sus variantes, presentan un fenómeno Similar. En las ciudades como en zonas rurales, circulan aproximadamente ¡30 Millones de ejemplares nuevos al mes!, al igual que TV Notas, cada ejemplar es leído por al menos otras 5 personas. Y esto se incrementa debido al fenómeno del reciclaje de revistas que se da en peluquerías y consultorios médicos entre otros establecimientos.
La Novela Policíaca (que cuesta 6 Pesos) anda por ahí del ¡medio millón! De ejemplares mensuales (¿ya hicieron cuentas de cuánto ganan?) Kaliman, en sus primeros tirajes alcanzaba los dos millones de impresiones a la semana.”
La idea de Iván para “liberar” un libro (aunque cada quién puede crear su propio método) nos la explica en 3 sencillos pasos:
Textualmente:
- Escoger el libro para liberar.
Puede ser un libro que tengas en tu casa o un libro nuevo. Ahora, que sea un libro chido, no queremos apendejar más a la gente. O sea, no agarren “juventud en éxtasis” o “el Código Da Vinci” (¡esos mejor tírenlos a la basura! Jajaja). Si se gastan 20 varos cada fin de semana en una y hasta dos caguamas o cigarros, no sean codos y un solo fín usen esos 20 varos para comprar un libro para liberar. Hay muchos de ese precio que se venden en las estaciones del Metro, en las librerías de viejo o en la Editorial Porrúa (para los que viven en el DF).
- Explicar de que se Trata la Onda.
En todos los libros vienen páginas en blanco al principio (y si no, pues métanle unas). En esas hojas escriban una explicación concisa sobre el objetivo de liberar ese libro. El chiste es decirle al que lo encuentra, que así como lo encontró, ahora es su deber liberar el libro (o cualquier otro) del mismo modo, una vez que lo termine de leer. Y si le gusta mucho y lo quiere conservar, sugerirle que compre otra copia y libere alguno de los dos. Si ustedes quieren satisfacer su egoteca, pueden incluir su correo electrónico y pedirle al lector que les escriba para contarles por dónde anda el libro y su experiencia al leerlo. Esto ya será una opción de cada quién.
- Elegir dónde liberarlo.
El dónde es muy sencillo: ¡dónde sea! Mientras sea un lugar público. Pueden ser parques, plazas, cafeterías, peluquerías, cabinas de teléfono, hospitales, transporte colectivo, consultorios, oficinas públicas, terminales de autobuses, cines. Recuerden que el objetivo es acercar los libros a un público que no los lee. Así que si lo van a liberar en lugares abiertos, no estaría de más tomarse la molestia de envolverlo en plástico, de preferencia transparente para que se vea lo que es, para evitar que se moje por si llueve. La idea es “sembrar” los libros por doquier, dejarlos “extraviados”, “olvidados”.
Esta idea, que no es tan descabellada, tiene el intento de empezar una revolución cultural, es una propuesta elegante de una persona que desea ayudar a que la gente sea un poco más culta… Claro, si nos ponemos pesimistas, podemos pensar: “¿Tu crees que van a leerlo? Lo van a botar!!”, pero “más vale ser una gotita de amor, en un mar de amargura”… y como dijera el Propio Iván en su artículo: “Esta es mi propuesta, si se les ocurre otra cosa, ¡háganla y sugiéranla!”.