Las úlceras son las lesiones como de desgaste que ocurren en el tejido que recubre el estómago y el intestino delgado.
Estos órganos están cubiertos por células especiales que pueden resistir la acción de los ácidos del estómago, debido a que cuentan con una cubierta de moco y de bicarbonato secretado por nuestro organismo.
Cuando el nivel del ácido en el estómago aumenta o se pierde el equilibrio celular, el tejido puede dañarse a tal grado que pueda quemarse o perforarse.
Según datos recientes demuestran que entre 80% y 95% de las úlceras están relacionadas a una infección causada por una bacteria llanada Helicobacter pylori. Esta bacteria tiene la capacidad de permanecer en el organismo e incluso cambiar las condiciones del entorno para protegerse así misma del ácido gástrico. En ese proceso daña las barreras de protección de las células y estas se ven afectadas por las secreciones digestivas, causando la lesión llamada úlcera.
Por otro lado hay algunos factores que apoyan la creación de úlceras como: comidas muy condimentadas, el exceso de estrés, el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINES), el consumo excesivo de alcohol y tabaco.Las manifestaciones clínicas van a depender de la ubicación de la úlcera. El síntoma más común es el dolor. Típicamente se localiza en el abdomen, parte superior y media, generalmente se le describe como quemante, corrosivo o sensación de hambre dolorosa.
Se presenta con un ritmo horario, relacionado con las comidas. Es raro que lo haga antes de la hora del desayuno, sino que lo hace 2 a 3 horas posteriores a las comidas y cede con la ingesta de alimentos. El cuadro clínico se prolonga por varias semanas, pudiendo remitir en forma espontánea, para mantenerse sin síntomas durante meses o años.
También pueden manifestar pérdida del apetito, con la consiguiente pérdida de peso; nauseas y vómitos. En algunos casos, presentan eructos, intolerancia a las grasas y distensión abdominal.
Entre las diversas complicaciones que pueden aparecer, podemos destacar las hemorragias digestivas (complicación más frecuente); perforación de la úlcera en la pared intestinal y disminución de la luz intestinal por el proceso inflamatorio. Cuando se presenta puede ser grave y requerir cirugía de urgencia.
Por último, algunos estudios han determinado que si una persona tiene antecedentes familiares de úlceras, presenta mayor probabilidad de desarrollar una úlcera duodenal.
La clasificación que con más frecuencia emplean los médicos para referirse a las úlceras está basada en la localización de las mismas dentro del tracto digestivo.
De esta manera, las úlceras pueden dividirse en dos grandes grupos: las gástricas y las intestinales. A las primeras puede agregársele subsecuentemente otro vocablo que determine su localización específica dentro del estómago. Por ejemplo, úlcera pilórica, fúndica o antral, son términos que describen la parte del estómago en donde el médico ha detectado la lesión.Entre las úlceras intestinales, las más frecuentes son las duodenales, es decir, aquellas que ocurren en la primera porción del intestino delgado.