LA PESADILLA DE LA OCHOA
Anoche tuve una pesadilla… Me levanto de la cama y me miro al espejo, descubro… Que soy negro, que digo negro, soy casi morado.
Hecho la chingada meto la mano al bolsillo para ver mi foto en la credencial del ife y me sale el mismo color.
Busco el pasaporte y la foto también es negra y, para colmo, descubro que soy argentino… Digo, de Buenos Aires ( :P) Dios mio… ¡No puede ser! Me siento hecho polvo en una silla… ¡Ah cabrón!… Tengo una pierna de plástico… ¡Y la silla es de ruedas!… Lo que significa que además de ser negro y de Buenos Aires, también soy un discapacitado.
¿Que es esto? ¡Es imposible que yo sea todo esto! Alguien por la espalda me toca y me dice que me calme… Era Andrés, mi novio.
Lo que me faltaba… ¡También soy homosexual! ¡Y además con sida, según dice mi cartilla de salud!… ¡CHINGAO!, en medio de toda esta desgracia, busco mi jeringa… ¡señor, no es posible! ¡¿negro, argentino, discapacitado, homosexual, farmacodependiente y ceropositivo?!
Desesperado, empiezo a llorar, a tirarme del pelo y… ¡noooo!… Soy calvo. Suena el teléfono y es mi hermana paulina que me dice: “¡Desde que murieron mama y papá, lo único que haces es drogarte y quedarte ahí tirado, sin nada que hacer, en todo el día! ¡Búscate cualquier trabajo, el que sea!”
Si. También soy huérfano y para acabarla de chingar, también soy un güevón. Intento explicar a mi hermana lo difícil que es encontrar un trabajo el que sea, cuando se es negro, de Buenos Aires, discapacitado, joto, drogadicto, ceropositivo, calvo y huérfano, pero no lo consigo, porque… ¡Porque también soy tartamudo!
Trastornado, cuelgo el teléfono con la única mano que tengo… (Uh-que la chin… ¡Soy manco!…) Bueno, el caso es que, con lagrimas en los ojos :'(, me acerco a la ventana a mirar el paisaje. hay montones de patrullas y varias vecindades alrededor, frente a mi ventana hay una barda que dice: “Ochoa’s ley”.
¡Siento una puñalada en el marcapasos! ¡no mames!.. Además de negro, de Buenos Aires, discapacitado, joto, drogadicto, ceropositivo, calvo, huérfano, tartamudo, manco y cardíaco… ¿vivo en La Ochoa? En ese momento se me acerca mi novio Andrés, quien con lagrimas recorriéndole el rostro me dice con voz aguda y quebrada: “cariño, no te preocupes… ¡Veras que en este partido que gane el América nos van a donar una casa!”…
¡NO CHINGUEN!… ¡También le voy al AMÉRICA!
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