EL PETRO-DRUNK DE COBOS
A las cuatro de la mañana, tras una buena noche de parranda, un petrolero borracho (¡ya ven que hay varios!), ya sin un centavo, se encuentra fuera de una casa de juego y detiene a un taxi:
-Buenas… Mire, tengo un problema: vine a jugar un rato, entre que me eché unas copas y las chavas… la verdad me quedé sin dinero. Necesito que me lleve a Cobos. No tengo dinero aquí para pagarle, pero en cuanto usted me deje en la puerta de mi casa, vivo en un primer piso, entro y le traigo el dinero.
-No, cuñao, esa mierda no me la creo, ya me le han hecho varias veces -responde el taxi-conejo.
-Écheme la mano, son las cuatro y necesito que alguien me lleve, no tengo nada de dinero aquí…
-¡Que no, cabrón, que no te llevo, que te vayas caminando!
Finalmente, el tipo llegó a Cobos como pudo.
Al cabo de un mes vuelve a ir al mismo antro y esa vez le va de maravilla en el juego: se gana 50,000 pesos. Sale del antro otra vez a las cuatro de la mañana para tomar un taxi y ve que hay una fila de 20 taxis por lo menos esperando pasajeros, y se da cuenta de que el último de todos era el que no quiso llevarlo el otro día; dijo para sí mismo: «Este hijo de su pinche madre… ¡hoy me lo chingo!».
Va con el taxista que encabeza la fila y le dice:
-Hola, buenas noches. Le doy 2,000 pesos si me lleva a Cobos, pero con una condición…
-Sí, sí, la que sea, la que sea, acepta el conductor.
-Que cuando lleguemos allá me la soples…
-¡Tas loco, compadre! Yo no le hago a eso… ¡búscate a otro!
Se acerca al segundo taxi:
-Hola, ¿qué tal? Le doy 2,000 pesos si me lleva a Cobos, pero con una condición…
-¡(las groserías que iban en esta parte las detectó el antivirus y debimos omitirlas)! ¡Lárgate de aquí antes de que te dé un chingadazo!
Así siguió por toda la fila, y al llegar al último, que era el del otro día, le dice: Mira, te doy 2,000 pesos si me llevas a Cobos, pero con una condición…
El taxista, que no reconoció ni recordó al pasajero de un mes antes, responde: Sí, claro, por esa lana lo que sea, dígame, lo que sea…
-Que cuando pases por delante de todos estos taxis, saques la mano y le grites a cada uno:
¡VOY ‘PA COBOS, ORITA REGRESO!