EL JUEGO DEL TÉ
¡YA FALTA POCO PARA QUE SE VAYA CHABELO DE CAEV!
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Un día mi madre salió y quede a cargo de mi padre.
Yo tendría quizás 2 años y medio alguien que había regalado un juego de té y era uno de mis juguetes favoritos.
Papá estaba en la sala mirando el noticiero de la noche cuando le lleva una pequeña taza de té, que era solamente agua.
Después de varias tazas de té y de muchas alabanzas por la riquísima bebida, mi mama llegó a casa.
Papá la hizo esperar en la sala para que me viera traerle una taza de té, porque le aparecía la cosa más tierna que había visto.
Mi mamá esperó, me vio venir caminando por el pasillo con la taza de té, para papa y lo miró mientras se la tomaba.
Mi mamá le dijo (Y sólo una madre podría saberlo):
“¿no se te ocurrió que el único lugar del que ella puede sacar agua, es del baño?”