EL ANIVERSARIO DEL WEBMASTER
¡YA FALTA POCO PARA QUE SE VAYA CHABELO DE CAEV!
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-¡Antonio, te has vuelto a olvidar otra vez!
-¿De qué, Rossy?
-¡Hoy cumplimos 5 años de casados!
-¿Pe… pe… pero, cómo me voy a olvidar de eso?
-Quiero que me lleves a cenar, a ver un buen espectáculo y a bailar.
– ¡Justamente era eso lo que había pensado!
– Está bien, quiero que me lleves a «WOMAN»
– ¿Quéeee? ¿Estás loca? ¡Eso es un antro!
– ¡ANTONIO! ¡Quiero que me lleves ahí porque quiero conocerlo!
Y fueron… Apenas llegaron, el viene viene le dijo:
– Buenas, ¿Cómo te va Webmaster? ¡Me alegro de verte otra vez!
La mujer saltó sorprendida:
– ¿Qué dice éste? Ha dicho que se alegraba de verte otra vez.
¿Has estado tú aquí?
– ¿Yo? ¿Pero estás loca? ¿En este antro? Los viene viene le dicen a todos lo mismo. Estos lugares son así.
Llegaron ante el portero:
– Señor Antonio… ¡Qué alegría!
– Te ha dicho Señor Antonio… ¡Este te conoce!
– ¿Eh?… ¡Cómo no me va a conocer!, si trabaja también en el taller al lado de la oficina. Es el electricista del taller.
Ya dentro, los recibió Alex, el gerente:
– ¿Cómo está Ingeniero Antonio? La mejor mesa, como siempre, ¿verdad?
– ¿Este también es electricista en el taller, Antonio? ¡Te voy a matar!
– No… eh… no, este señor me conoce porque es el que me vendió el reloj que te regalé…
– Antonio, me estás…
En ese momento apareció la vendedora de cigarrillos:
– ¡Mi Reeeeeeeeyy! ¿Te doy tu Cohiba…?
La cigarrera se puso el habano entre los senos:
– Mete la manita, mi amor, ¡y saca tu habanito!
Rossy estaba a punto de matar al Webmaster cuando se apagaron las luces. Por fin se sentaron y empezó el espectáculo. Apareció una mujer espectacular que empezó a hacer un striptease. Y cuando se quedó sólo con la tanga se acercó a la mesa del Webmaster y, muy sensualmente, preguntó a toda la concurrencia:
– Y ahora… ¿Quieeeeeeen me va a quitar la tanguitaaaaaaaa?
Todos los presentes cantaron a coro:
– ¡Se ve, se siente, Webmaster con los dientes!
– ¡Se ve, se siente, Webmaster con los dientes!
Rossy no aguantó más. Salió corriendo y se metió en un taxi. El Webmaster la siguió y también entró en el vehículo. Rossy empezó a pegarle y a tratar de tirarlo por la puerta.
– ¡Eres el imbécil más grande que he visto!
Se quitó una zapatilla e histérica, comenzó a pegarle en la cabeza y a gritarle las groserías más feas que le había escuchado a JuanRa…
El taxista voltea hacia atrás y le dijce:
– Mire que hemos llevado putas locas, Don Antonio… ¡Pero, como esta, Ninguna!