
El 9 de noviembre de 1953, el diario Excélsior publicó una nota firmada por la Secretaría de Agricultura en la que se detallaban los planes del gobierno federal para sumarse oficialmente a la estrategia conocida como “Marcha al Mar”, un ambicioso programa nacional que buscaba conectar el desarrollo agrícola del interior con los puertos del Golfo y el Pacífico mexicano.
🌾 Un país que miraba hacia sus costas
En la primera mitad del siglo XX, México aún tenía gran parte de su economía volcada hacia el campo. Sin embargo, la infraestructura para exportar productos agrícolas era limitada. La “Marcha al Mar”, impulsada durante los gobiernos posrevolucionarios, pretendía revertir ese aislamiento económico y aprovechar la posición estratégica de los litorales.
La publicación de Excélsior del 9 de noviembre de 1953 marcó el momento en que la Secretaría de Agricultura se integró de lleno al proyecto, aportando recursos, tecnología y asesoría técnica para ampliar los canales de exportación agrícola.
⚓ Tuxpan y Tampico, beneficiarios directos
Entre los puertos que se vieron más beneficiados por esta política destacaron Tuxpan y Tampico. Ambos fueron considerados puntos estratégicos por su cercanía con las zonas productoras de cítricos, café, tabaco, maíz y ganado del norte de Veracruz, la Huasteca y el Altiplano potosino.
En Tuxpan, esta visión dio origen a obras de infraestructura portuaria, caminos rurales y redes de transporte que conectarían directamente al campo con los muelles del río. Los embarques de cítricos, café y tabaco aumentaron durante la segunda mitad de los años cincuenta, fortaleciendo la economía local y colocando al puerto en el mapa del comercio nacional.
🌎 Un legado de desarrollo regional
La “Marcha al Mar” fue más que un programa de gobierno: representó un cambio de mentalidad. Impulsó la idea de que el mar era la extensión natural del territorio agrícola y que su aprovechamiento era esencial para la soberanía alimentaria y económica.
Hoy, setenta años después, el puerto de Tuxpan sigue siendo herencia viva de aquella política pública que buscó unir al México rural con sus costas. Fue, en muchos sentidos, el punto de partida del Tuxpan moderno, el que creció mirando al río y soñando con el horizonte del Golfo de México.

























