En esta fecha en el año de 1821, el capitán general Domingo Estanislao Luaces dirigió una carta al Ministro de Estado del Imperio Mexicano, recomendando que se nombrara un jefe de graduación para hacerse cargo del puerto de Tuxpan.

En la misma carta de ese día, el capitán general Domingo escribió una frase que ha quedado como anécdota histórica sobre el carácter del tuxpeño:

“El territorio de Tuxpan ardería en chismes que distraerían las grandes atenciones del gobierno.”

Con estas palabras, Luaces advertía que los rumores, intrigas y disputas personales amenazaban con incendiar la política local más rápido que cualquier revuelta. Dos siglos después, la observación sigue teniendo un dejo de verdad y un guiño de identidad: Tuxpan ya era tierra de noticias, comentarios y chismes desde los albores de la patria.


Aquí les dejamos la transcripción de la carta: «

Excelentísimo señor:

Me he enterado por menor del oficio de vuestra excelencia de 27 del corriente, y documentos que lo acompañaban relativos a las desavenencias del puerto de Tuxpan, tanto entre el señor coronel don Carlos María Llorente y los oficiales que firman la representación número 1, como de la queja del alcalde de 2º voto contra el 1º, y contestaciones sobre la preferencia del mando militar de aquel territorio.

Vuestra excelencia me encarga, de orden de la Regencia del Imperio, que, conteniendo informes reservados y noticias que adquiera, adopte las providencias que exijan prontitud o consulte las que estime convenientes. En su virtud, no puedo menos de hacer presente a vuestra excelencia que, siendo un mando nuevo el que obtengo y por consiguiente falto de conocimientos por ahora, haciéndome cargo que es de alguna entidad el caso que se versa (aunque me persuado que puede haber algunos resentimientos particulares entre los que suscriben, hijos de las circunstancias del día), para cortar de raíz tales desavenencias y poner aquel puerto mercantil con la tranquilidad que desea el gobierno, me parece muy conveniente que la Regencia del Imperio mande por ahora un jefe de graduación que, tomando el mando de aquel territorio, se instruya por menor de todo lo que ocurrió en los días que citan los documentos expresados, e informe a esta capitanía general de todo, para que, elevándolo a Su Alteza Serenísima por conducto de vuestra excelencia, recaiga la determinación que crea conveniente en el asunto.

Esta es la providencia que me parece más oportuna para llenar los deseos de Su Alteza, pues conocerá vuestra excelencia que entre tomar informes y noticias se pasan muchos días, y el territorio de Tuxpan ardería en chismes que distraerían las grandes atenciones del gobierno.

En esta virtud devuelvo a vuestra excelencia los citados documentos, para que, en vista de su contestación y la opinión de vuestra excelencia, disponga Su Alteza lo que fuere de su agrado.

Dios guarde a vuestra excelencia muchos años.
México, 30 de octubre de 1821.
Domingo Estanislao Luaces.
Excelentísimo Ministro de Estado.


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