El 24 de noviembre de 1849, durante la presidencia de José Joaquín de Herrera, se promulgó una ley federal que reorganizó las aduanas marítimas de la República Mexicana. Este decreto representó un reordenamiento estratégico de los puertos nacionales, clasificándolos con mayor precisión dentro del sistema comercial de la época.

La ley incluyó un elemento fundamental para nuestra historia local: la aduana de Tuxpan quedó oficialmente comprendida para el comercio de cabotaje, y posteriormente —como efecto interpretativo de la misma legislación— Tuxpan pasó de ser únicamente un puerto de cabotaje a ser considerado puerto de escala.


¿Qué significa “puerto de cabotaje”?

Un puerto de cabotaje es aquel autorizado para el comercio marítimo interno: es decir, entre puertos mexicanos, no internacionales.

Hasta entonces, Tuxpan era estrictamente un puerto de movimiento local y regional. Podía recibir embarcaciones de Tampico, Veracruz, Campeche, Coatzacoalcos, Matamoros… pero no tenía facultad legal para el tráfico directo con puertos extranjeros.


¿Y qué implica ser “puerto de escala”?

La categoría de puerto de escala —producto derivado de la reorganización aduanal de 1849— le permitía a Tuxpan:

  • recibir embarcaciones extranjeras en tránsito,
  • permitir descargas parciales,
  • embarque de provisiones,
  • abastecimiento de carbón, agua y víveres,
  • reparaciones y servicio portuario intermedio.

Aunque todavía no lo convertía en “puerto de altura”,
esta clasificación lo insertaba en rutas marítimas de mayor alcance.

Tuxpan comenzaba así a aparecer en mapas de navegación internacionales…
aunque fuera únicamente como punto intermedio.


El contexto económico del siglo XIX

Esta ley responde a un México que intentaba:

  • reactivar su comercio,
  • ordenar su sistema aduanal,
  • generar ingresos por tarifas marítimas,
  • y fortalecer sus puertos estratégicos.

En ese tablero nacional, Tuxpan —por su ubicación privilegiada frente al Golfo de México y su cercanía con el altiplano central— empezaba a cobrar relevancia.


Huella histórica

Este movimiento administrativo de 1849 fue más que un trámite jurídico:
fue el primer paso hacia la transformación del puerto de Tuxpan en un eje comercial marítimo relevante.

Hoy, cuando vemos:

  • terminales petroleras,
  • atraque de buques tanqueros,
  • infraestructura logística,
  • y el dragado permanente del canal de navegación…

hay que recordar que todo empezó hace 175 años, con esa ley que le cambió la categoría marítima a nuestro puerto.


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