El año en que Tuxpan comenzó a mirar su río con nuevos ojos

En 1989, Tuxpan vivió una de esas transformaciones urbanas que cambian la vida cotidiana para siempre. Con el arranque de la pavimentación del Bulevar Reyes Heroles, la ciudad dejó atrás décadas de terracería, banquetas irregulares y un borde ribereño vulnerable, para iniciar el camino hacia el corredor turístico y social que hoy es símbolo de la ciudad.

Un Paseo del Río que pedía evolución

Hasta finales de los años ochenta, lo que hoy conocemos como el Bulevar Reyes Heroles era un espacio funcional, pero limitado.

  • La vialidad era estrecha y frecuentemente dañada por las crecientes del río.
  • El tránsito peatonal era complicado, sobre todo de noche.
  • Los comercios rivereños carecían de infraestructura que atrajera turistas.
  • Las lanchas, pescadores y embarcaderos convivían en un entorno sin orden.

No era un lugar inseguro… pero sí un espacio sin planeación moderna.

Tuxpan estaba creciendo, y ese crecimiento exigía un malecón digno de su papel como puerta de entrada al Golfo.

El inicio de la obra que lo cambiaría todo

En 1989, el Gobierno del Estado impulsó un proyecto que sería determinante para la ciudad: la pavimentación y formalización urbana del bulevar.

Los trabajos incluyeron:

  • Pavimentación completa con carpeta moderna.
  • Construcción de guarniciones y banquetas uniformes.
  • Reforzamiento de la margen del río para evitar erosiones.
  • Ampliación del espacio peatonal.
  • Instalación de luminarias más eficientes.
  • Reordenamiento del tránsito vehicular y peatonal.

Era una obra más profunda que solo poner cemento: se trataba de darle identidad a la ribera.

El impacto inmediato en la vida tuxpeña

Para los vecinos y comerciantes de la época, la pavimentación fue un antes y un después. Comenzaron a aparecer cafeterías improvisadas, antojitos, paseos en lancha más ordenados y un tránsito más fluido.

Por primera vez, el bulevar empezó a sentirse como un espacio para convivir:
familias caminando al atardecer, estudiantes en bicicleta, turistas con cámara en mano y vendedores aprovechando la nueva afluencia.

La ciudad había recuperado su río, no solo como recurso natural, sino como corazón social.

Un legado que sigue dando forma a Tuxpan

El proyecto de 1989 no solo creó una vialidad nueva:
fundó el concepto moderno del malecón tuxpeño.

Lo que vino después —restaurantes, eventos públicos, festividades ribereñas, rutas turísticas, iluminación escénica— no habría sido posible sin ese primer esfuerzo de modernización.

El Bulevar Reyes Heroles es hoy una de las postales más reconocibles de Tuxpan.
Y todo comenzó en aquel 1989, cuando la ciudad decidió pavimentar no solo una calle, sino toda una manera de convivir frente al río.


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