Basta de mentiras, contralor
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
Es indudable que el cambio de puestos, el enroque en los cargos, las permutas en las responsabilidades administrativas tienen sus ventajas.
Y en Veracruz no sólo hubo cambios que blindaran al delito y protegieran a los delincuentes sino puentes que llevan a la impunidad sin importar el delito.
El 21 de julio de 2014 Ricardo García Guzmán fue nombrado por Javier DuarteContralor del Estado de Veracruz.
El entretejido de corrupción que campea en la administración pública veracruzana afecta muchas áreas de la estructura de gobierno.
García Guzmán pinta su camiseta del color que le convenga en ese momento, así primero apoya al PAN en la entidad veracruzana y luego al PRI, y no en pocas ocasiones, a ambos.
A la hora de llevar a cabo el inicio del proceso de entrega recepción entre el gobierno priísta saliente y el panista entrante. Dejó ver el oportunismo que le caracteriza y se acomodó con el que más poder tiene en ese momento, al asegurar que “Es innegable que hubo un desorden financiero”.
Así, quien estuviera en el PAN, luego ejerciera ciertos chantajes contra Fidel Herrera y Javier Duarte para tener un espacio de poder en las administraciones respectivas, y lograr que su hijo fuera presidente municipal de Pánuco, se convirtió en contralor general del gobierno de Duarte. Al mismo tiempo su hijo, fue promovido por el panistaYunes al ISSSTE y luego a diputado local.
Si García Guzmán no hacía un escándalo en ese momento podría parecer que está de parte de Duarte, a quien sirvió fielmente, cuando en realidad su bandera ahora es la del PAN, para quedar bien con el gobernador electo, Miguel Ángel Yunes, pero no deja de darle juego al ex candidato del PRI a la gubernatura Héctor Yunes Landa.
Pero ese desorden financiero es responsabilidad de su incapacidad o deshonestidad.
Pareciera que quiere lavarse las manos denunciando al que se deje, pero salvándose él, quien es responsable de buena parte del quebranto económico, y ahora asegura que la apertura auténtica de la administración estatal está encabezada por el panista Miguel Ángel Yunes.
Uno de los secuaces del Contralor es Salvador Torres Peralta, quien fue el nuevo Director de Auditoría Gubernamental, a quien impuso.
El otro secuaz es Antonio Gómez Pelegrín, también fue colocado por García Guzmán, quien llegó como jefe de la Unidad Administrativa. También estuvo con él cuando fue secretario de Gobierno en el entonces Departamento del Distrito Federal. Ricardo García Guzmán lo llamó porque necesitaba a un técnico especialista que tapa hoyos financieros en las diferentes dependencias; necesitaba un especialista en borrar huellas, según comentó el columnista veracruzano Aurelio Contreras.
Hace días agentes de la PGR llegaron a Xalapa para tomar la declaración de diversos funcionarios y ex funcionarios estatales involucrados de alguna manera, en las denuncias interpuestas por la Auditoría Superior de la Federación, por no cumplir con las observaciones de las cuentas públicas 2011, 2012 y 2013 del gobierno de Veracruz.
El contralor, Ricardo García Guzmán, acudió a las instalaciones de la PGR, ubicadas en el puerto de Veracruz, para realizar una declaración. Explicó que existía un desorden debido a que el recurso federal se había dispuesto hacia otros rubros, pero nunca dijo que omitió su participación como Contralor para darle vía libre a ese dinero. Sin embargo, dice que ellos conocen en qué lo han aplicado que son en cuentas de Gobierno lo que respecta al 2013, 2014, 2015 y en breve lo del 2016. Cómo no va a conocer el destino de dichos recursos si él estaba en funciones a menos que le prohibieran realizar su trabajo. Es cuando la omisión se convierte en complicidad y la impunidad se refugia en el fuero. ¿Dónde estaba el contralor cuando Duarte era gobernador?
Mencionó que hay muchos funcionarios y ex funcionarios responsables de más de 400 procesos, sin embargo, notificarán resoluciones y enviarán 115 notificaciones.
Ahora resulta que se erige como el gran contralor cuando todos saben que sus declaraciones tienen su origen en la presión que ejerce la PGR sobre su trabajo y sobre su persona.
Ahora resulta que él fue quien armó las demandas penales contra Gabriel Deantes Ramos, primo de Alberto Silva Ramos y Arturo Bermúdez Zurita, cuando en realidad conocía todo lo que estos funcionarios hacían y deshacían, pero guardó silencio y lo hubiera seguido guardando a no ser por la presión que ejerce la autoridad judicial sobre su trabajo.
Anuncia ahora que hay siete demandas judiciales contra otros tantos funcionarios, e incluye a algunos diputados federales, quienes tuvieron un cargo público durante la administración de Javier Duarte. Sin dar nombre aludió a la persona de Tarek Abdalá, como uno de los implicados en el quebranto, actual diputado federal.
Ricardo García Guzmán, ocupó el puesto que dejó vacante Mauricio Audirac quien fue nombrado secretario de Finanzas del estado tras la renuncia por motivos de salud, del anterior titular, Fernando Charlestón.
García Guzmán se desempeñaba como presidente del Instituto de Administración Pública y es presidente de la empresa de Asesoría Estrategia Administrativa Política, fue Contralor General de la anterior administración con Fidel y del gobernador Miguel Alemán Velasco, diputado local por el distrito de Pánuco y alcalde de ese municipio.
Hay cómplices y traiciones. Acciones que se mueven de acuerdo al abrigo de la impunidad.
Ricardo García Guzmán, ahora rinde pleitesía a Miguel Ángel Yunes, luego de trabajar para Duarte y antes ser uno de los líderes panistas más activos. El oportunismo suele confundir a las leyes que se funden con el delito de corrupción y la impunidad. En este juego de trampolines y salvavidas Ricardo García Guzmán tiene un lugar destacado. Seguramente tendrá contados sus días en libertad.