El Pescador Deportivo
Hace unos meses, un JARDINEÑO, bueno… un “bobo” (omitimos nombres por razones obvias) me CONTÓ una historia, ya ven que el tiempo no ha estado muy bueno que digamos… que va así:
Hoy me levanté temprano, me puse los pantalones, me vestí lentamente, hice café, agarré mis cañas y mis curricanes, me fui silenciosamente al garage, puse las cañas y la caja de la parafernalia en la camioneta, y procedí a salir de la casa. Para mi sorpresa, estábamos bajo una lluvia torrencial… ¡y no me había dado cuenta!
¡Estaba toda la calle inundada y el viento helado soplaba bien culero! Volví a meter la camioneta en el garaje, ya ni saque las cañas y los curricanes, cerré el garage, entre a la casa, prendí la portátil y me enteré de que el mal tiempo iba a durar todo el día.
¡Que decepción! ¡yo que quería traerme unos buenos petos del bajo de en medio!
Entré de nuevo en mi casa, me desvestí silenciosamente y me deslicé dentro de la cama.
Despacito me acomodé contra la espalda de mi mujer, le puse la mano en la nalga y le susurré al oído:
-El tiempo afuera está horrible-.
Ella me contestó medio dormida:
-Ya lo sé.