El proceso interno de Morena en Naranjos-Amatlán: Tensiones y apuestas rumbo a 2025
El partido Morena ha iniciado formalmente su proceso interno para seleccionar al candidato que competirá por la presidencia municipal de Naranjos-Amatlán en las elecciones de 2025. Con una encuesta como herramienta definitoria, este ejercicio no solo busca medir preferencias, sino que también expone las dinámicas de poder y las tensiones al interior del partido.
Cuatro aspirantes han decidido contender, cada uno con un perfil que genera expectativas, polémicas y, en algunos casos, suspicacias. Entre ellos figuran Norma Aydee y el arquitecto Germán Sosa, ambos estrechamente vinculados al grupo político de Eloy Méndez. Aunque Méndez, un actor clave en las decisiones del partido, ha optado por no participar directamente, su influencia se mantiene palpable. No pocos ven en estos candidatos una extensión de su liderazgo.
El proceso también ha abierto espacio para el ingeniero Hilario González, quien regresa al escenario político tras haber buscado la candidatura municipal en 2021 bajo las siglas del Partido del Trabajo. Su discurso gira en torno a la experiencia y su adhesión a los principios de la Cuarta Transformación, aunque algunos cuestionan su verdadero peso político en un partido que privilegia la lealtad.
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Sin embargo, es la participación de Moisés Obando la que ha encendido las mayores controversias. Con un historial que lo posiciona como un “chapulín” político, Obando fue visto en 2024 apoyando abiertamente a figuras como Xóchitl Gálvez y Pepe Yunes, lo que ha llevado a cuestionar su compromiso con Morena. Su regreso a la contienda interna, ahora bajo la bandera de la transformación, plantea serias dudas sobre la coherencia ideológica que debería caracterizar a los aspirantes.
Este proceso interno no es solo una elección, sino un reflejo de las tensiones que atraviesan a Morena en Naranjos-Amatlán. Más allá de las encuestas, la ciudadanía exige que el elegido represente auténticamente los valores de la transformación y el compromiso social. En un municipio que reclama respuestas a problemas de infraestructura, seguridad y desarrollo, el próximo abanderado deberá demostrar no solo popularidad, sino también capacidad para cumplir las promesas de cambio.
El desenlace de esta contienda será crucial, no solo para el partido, sino para la política local, que vive bajo la mirada atenta de una población cada vez más exigente y menos dispuesta a tolerar simulaciones. En 2025, Morena tiene en sus manos la oportunidad de ratificar su compromiso con los principios que lo llevaron al poder o de sucumbir ante intereses particulares que ya no caben en el México de hoy.
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