Tuxpan, Veracruz.- Trasciende un suceso que ha dejado perpleja a la comunidad y ha puesto en entredicho la eficacia de las autoridades ministeriales. En una escena que bien podría ser parte de un guion tragicómico, un cadáver fue hallado flotando en el estero de Tenechaco. Pero lo más sorprendente no es el descubrimiento en sí, sino la grotesca y desmedida respuesta de las autoridades.

Ofelia Téllez Vallerojo, delegada de servicios periciales, pareció asumir el papel estelar en este lamentable episodio, demostrando un autoritarismo desmedido y una absoluta falta de tino. Sin respetar los protocolos de actuación y haciendo alarde de su poder, Téllez Vallerojo ordenó un acordonamiento de más de 100 metros alrededor del lugar del suceso. ¿Acaso pretendía prevenir una invasión extraterrestre en Tenechaco? No lo sabemos con certeza, pero lo que sí sabemos es que esta medida desproporcionada tuvo un impacto directo en la vida cotidiana de la comunidad.

El Diamante

Los padres de familia de los alumnos de las escuelas CETMAR, la Secundaria Técnica 76, y la ALBORADA que estan ubicadas en la calle Galeana de la colonia Azteca, se vieron bastante afectados, ya que interumpieron el flujo automovilistico en el horario pico en el que de por si, es complicado circular, dejandolos en un estado de confusión total. ¿Quién iba a imaginar que un cadáver flotante en un estero tendría el poder de suspender la educación? Algunas autoridades educativas, en un intento por mitigar el caos, se vieron obligadas a regresar a los alumnos a sus hogares, en una jornada escolar que pasará a la historia como la «evacuación por estero».

Sin embargo, lo más irónico de todo esto es que, según fuentes cercanas a la Fiscalía General del Estado, no se trata de un hecho violento. ¿Entonces, por qué tanta alarma? ¿Por qué tanto despliegue de fuerzas y tanto secretismo? Pareciera que las autoridades ministeriales están más preocupadas por evitar que la prensa obtenga alguna foto «sensacionalista» que por resolver casos verdaderamente trascendentales en la región.

El cuerpo, en avanzado estado de putrefacción, pertenece a un hombre de unos 50 años, de tez morena y complexión mediana. Mientras los peritos y los policías ministeriales realizan sus diligencias, queda en suspenso la esperanza de poder identificar al difunto en las próximas horas. De no lograrlo, el destino final será la fosa común, donde quedará sepultada una identidad sin nombre.

La comunidad de Tuxpan Veracruz espera respuestas, pero sobre todo, espera que las autoridades recapaciten y comprendan que la verdadera labor de un sistema de justicia es brindar seguridad y confianza a sus ciudadanos. No más exageraciones, no más secretismos. Es hora de que las autoridades centren sus esfuerzos en resolver los casos que realmente importan y devolverle la tranquilidad a esta localidad que tanto lo necesita.